Capitulo 5.

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Una vez que regresaron a la habitación de Sesshomaru, este le dio indicaciones a un hombre joven que asumio, era un empleado, para que le traigan una comida ligera. Rin espero pacientemente mientras comenzaba a caminar y dar vueltas por la habitación de Sesshomaru, deleitándose por las decoraciones y los bonitos adornos del lugar, realmente parecía como si hubiese regresado a la era Taisho de Japón de lo antiguo y genuino que parecia todo en el lugar, claro, conservando elementos importantes de la actualidad.

Sesshomaru solo la observaba, pensando en que seguía siendo tan curiosa como cuando era niña, cuando sus sirvientes tocaron la puerta pidiendo permiso para entrar, el lo concedió, y acto seguido, 4 hombres vestidos de cocineros entraron, uno por uno, con bandejas de comida a la habitación. Pusieron las bandejas en el centro de la habitación, llamando la atencion de Rin quien se acerco.

En una estada lo que suponía era la entrada, Sopa de Miso con verduras y tofu humeante, el cual desprendía un agradable aroma, junto con una ensalada Wakame, la cual tenía un color verde fresco y brillante. En la otra, estaba el plato principal, una gran olla de Udon con mocchi de patatas, aquel aroma era tan embriagador y cálido. En la otra, habían dos platos, uno con unos brillantes y rosados sakura mocchi's, uno de sus postres preferidos, junto con un hermoso pastel de Castella, que de veía tan dulce y esponjoso. En la última bandeja, uno de los chef estaba sirviendo lo que parecía ser té verde en un juego de tazas tradicionales.

Era como estar en un restaurante japonés clásico, aquella atención a los detalles era impresionante, pero más le impresionaba lo rápido que habían preparado todo aquello, nisiquiera habian pasado 5 minutos desde que Sesshomaru pidio la comida.

Los chef's sirvieron los platos, prepararon los almohadones, y le indicaron a Rin que se sentarse, sirvieron los platos uno por uno.

Rin trago con anticipación, todo se veía demasiado delicioso anticipando demasiado el sabor por ese buen aroma. Tomo la taza de la sopa de Miso, y con un sorbo, sintió como todo el calor recorría su cuerpo calentándose al instante como su una calida cobija la envolviera, todo estaba tan bien cocido, sazonado y servido. 

Plato por plato fue devorado gustosamente por Rin.

Era demasiado notorio para ella la diferencia entre tales preparaciones y las suyas propias, no era como si jamás hubiese comido tales comidas, pero jamás había probado comida hecha con tal alta calidad. 

Solo había ido a un restaurante de verdad con su familia una vez cuando era niña, y su tío como jamás estaba en casa, jamás la sacaba a ninguna parte, también, aveces salía a comer con sus amigas pero, en general a ellas solo les gustaba ir a restaurantes de comida rápida, y Rin solo las seguía sin cuestionarlo.

Siempre cocinaba para si misma, asique, aquel era un momento muy raro para ella, hacia tanto que no se sentía genuinamente atendida por alguien.... casi sentía que no lo merecía, pero solo no podía parar de comer, todo estaba demasiado exquisito.

Una vez que llego a su último Sakura mocchi, le dio un suave mordisco, fascinándose por aquel dulce relleno, la pasta rosa, aquel vibrante color vivo rosa, era tan armonioso. Dio un suave sorbo a su té una vez que termine, calmando la lluvia de emociones en su interior con aquella tranquilizante bebida cálida.

Tanto Sesshomaru como los chefs no pudieron evitar quedárselo viendo a la joven comer. Sesshomaru era un Youkai por nacimiento, de niño solía comer con algo de regularidad para poder crecer, pero una vez que llego a la adultos esta necesidad fue siendo olvidada por el como algo innecesario, ya no necesitaba de nutrientes para ser fuerte o tener energía, mientras que los chefs, ellos solo cocinaban por afición, si bien los Youkais no siempre necesitaban alimentos, era impensable la idea de tener una misión sin comida que ofrecer, por eso no acostumbraban a cocinar tan seguido pese a que les pagaban para ello, pero para todos, ver a una persona disfrutando con tal alegría aquella comida, como si fueran las cosas más deliciosas del mundo, era una sensación que daba calor al corazón, ver a alguien disfrutando tan auténticamente uno de los Placeres más mundanos y comunes de los humanos.

Cautiva en tus Manos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora