capitulo 1

2 0 0
                                    

Capítulo 1: Un nuevo comienzo

Hola, me llamo Jimin y tengo 17 años. Hoy es un día importante: es mi primer día en la universidad. La verdad, estoy emocionado y nervioso a partes iguales. Nunca he ido a la escuela presencialmente, siempre he tenido tutores personales. Pero dejemos eso en el pasado, porque hoy marca el inicio de algo nuevo.

Me dirigí a mi salón con una sonrisa, intentando no perderme en aquel inmenso campus. Al entrar, el aula estaba casi vacía. Escogí un asiento junto a un chico que parecía tan tranquilo como yo quería aparentar estar.

—Hola, ¿qué tal? Me llamo Jimin —le dije, tratando de sonar amable.

—Hola, yo me llamo Benjamin —respondió él con una pequeña sonrisa.

—Un gusto, Benjamin. ¿Podemos ser amigos?

—Claro, puedes llamarme Ben.

—¡Sipi!

Así, sin mucha complicación, hice mi primer amigo en la universidad. Las clases transcurrieron sin problemas, y cuando el día terminó, sentí que había sobrevivido a mi primera prueba.

Cuando llegué a casa de mi abuela, ella me recibió con su energía de siempre.

—¡Hola, mi nieto favorito! —dijo mientras me abrazaba.

—Hola, abuela. ¿Cómo has estado?

Justo en ese momento, alguien tocó mi espalda. Al voltear, vi a Jeonkok, el chico que ha sido mi amor platónico desde que éramos niños.

—Hola, Jimin.

—Hola, Kok.

—Me enteré de que te uniste a la misma universidad que yo.

—Sí, pero no es nada importante —dije, tratando de sonar casual, aunque mi corazón latía rápido. Lo cierto es que he estado enamorado de Jeonkok desde siempre. Pero hay un problema: él es hetero y yo soy gay. He intentado cortejarlo de todas las maneras posibles, pero siempre rechaza mis regalos o mis intentos de acercarme más.

—¿Está tu abuelo? —preguntó Jeonkok.

—Sí, está en el jardín plantando flores.

—Gracias, Jimin. Nos vemos luego.

Cuando se fue, me quedé con la abuela en la sala.

—Abuela, ¿cómo es que lo amo tanto si él nunca me hace caso?

—Jimin, el amor es tan confuso como el océano. Nunca sabes qué vas a encontrar.

Asentí, aunque seguía sin entender del todo.

—Bueno, abuela, me voy a casa. Nos vemos mañana.

—Cuídate mucho, Jim.

De camino a casa, me encontré con Benjamin.

—¡Hola, Ben!

—¡Hii! ¿Qué haces?

—Voy a casa, ¿y tú?

—Iba a la cafetería. ¿Quieres venir?

—¡Sí, claro!

Fuimos juntos a la cafetería, donde conocí a su novio, Eliam. Pasar el rato con ellos fue interesante. Me di cuenta de lo bien que se llevaban y de cómo compartían miradas llenas de cariño. Por un momento, me pregunté si algún día encontraría algo así.

Cuando finalmente llegué a casa, vi a mi mamá. Llevaba la misma ropa de ayer, una señal de que no había llegado en toda la noche. Su atuendo era tan llamativo como siempre: botas negras largas, una falda blanca y una camiseta negra corta.

—Hola, ma. ¿Cómo te fue en el trabajo?

—Hola, Jimin. Bien, pero mañana no llegaré, así que te dejaré dinero para que compres algo de comer.

—Está bien, ma. Buenas noches.

Me fui a mi habitación, sintiéndome algo melancólico. Mi mamá tiene una relación con su jefe, y por eso pasa tanto tiempo en el trabajo. Aunque no hablemos mucho, la quiero. Ella siempre ha hecho todo lo posible por mí, incluso si no siempre lo demuestra con palabras.

Me acosté en mi cama y miré el techo, pensando en todo lo que había pasado ese día. La universidad, Ben, Eliam, Jeonkok… Todo parecía un poco abrumador, pero a la vez emocionante.

Y así terminó mi primer día en este nuevo capítulo de mi vida.

un amor imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora