capitulo 3

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Capítulo 3: Confesiones al viento

El tercer día de clases comenzó con una vibra diferente. Había algo en el aire que me hacía sentir expectante, como si algo fuera a cambiar, aunque no sabía exactamente qué. Llegué temprano al campus y me dirigí al aula. Para mi sorpresa, Ben ya estaba ahí, dibujando en su cuaderno.

—¡Hey, Ben! ¿Qué haces? —me acerqué, curioso.

—Un boceto. Es un proyecto personal —respondió, mostrándome una hoja llena de líneas y formas que, a pesar de ser un boceto, tenían un estilo impresionante.

—Eres muy bueno, ¿lo sabías?

—Gracias, Jim. —Sonrió, y luego me miró con algo de seriedad—. Oye, ¿tienes algo planeado para después de clases?

—No, ¿por?

—Quiero mostrarte algo. Pero es sorpresa.

—Vale, me gustan las sorpresas —respondí, aunque no podía evitar preguntarme qué tenía en mente.

Las clases transcurrieron rápidamente. Ben y yo salimos juntos, y él me llevó a un parque cercano. Caminamos por un sendero rodeado de árboles hasta llegar a un pequeño lago. Allí, bajo un árbol grande, extendió una manta que llevaba en su mochila.

—Este es mi lugar favorito —me dijo, mientras se sentaba—. Vengo aquí cuando necesito pensar o simplemente desconectar.

Me senté a su lado, mirando el agua. Era un lugar tranquilo, perfecto para olvidarse del ruido del mundo.

—Es hermoso, Ben. Gracias por traerme.

Él asintió, pero su expresión cambió a una mezcla de nerviosismo y decisión.

—Jim, hay algo que quiero decirte.

—Dime.

—Desde que te conocí, siento que conectamos de una manera especial. Sé que apenas estamos empezando a conocernos, pero... hay algo en ti que me hace sentir diferente.

Mi corazón empezó a latir más rápido. No esperaba escuchar algo así.

—¿Diferente? —pregunté, tratando de procesar sus palabras.

—Sí, como si... quisiera estar cerca de ti más de lo normal.

No supe qué responder. Mi mente estaba dividida entre la confusión y una chispa de emoción.

—Ben, pero tú... estás con Eliam —dije finalmente, recordándole su relación.

—Lo sé, y lo quiero, de verdad, pero últimamente siento que estamos más como amigos que como pareja. A veces, las cosas cambian, ¿sabes?

No sabía qué decir. Por un lado, Ben era increíble, y me sentía cómodo con él. Por otro, mi corazón aún estaba atado a Jeonkok.

—Yo… no sé qué decir, Ben. Esto me toma por sorpresa.

—No tienes que decir nada ahora. Sólo quería ser honesto contigo.

Nos quedamos en silencio un rato, observando el lago. A pesar de la incomodidad inicial, el ambiente entre nosotros volvió a ser tranquilo.

Más tarde, al regresar a casa, me encontré con Jeonkok en la puerta de la abuela.

—Hey, Jim. ¿Podemos hablar? —me preguntó, con una expresión seria.

—Claro, ¿pasa algo?

—Sí. Bueno, no lo sé. Últimamente he estado pensando mucho en nosotros.

Mi corazón se aceleró de nuevo. ¿Qué significaba "nosotros"?

—¿Nosotros? —pregunté, casi en un susurro.

—Sí, tú y yo. Sé que siempre has estado ahí para mí, y aunque al principio no lo veía, creo que... tú eres alguien especial en mi vida.

Sentí que el mundo se detenía. ¿Acaso estaba diciendo lo que yo creía?

—Jeonkok, ¿qué estás tratando de decir?

Él suspiró, como si estuviera reuniendo valor.

—Que quizás he estado siendo un idiota todo este tiempo. Que quizás debería haberte mirado de otra manera antes.

El día había comenzado como cualquier otro, pero estaba terminando de una manera que jamás habría imaginado: con dos confesiones, dos caminos posibles, y un corazón que no sabía a dónde ir.

Cerré los ojos, intentando ordenar mis pensamientos. La vida, una vez más, me estaba poniendo en un lugar confuso, pero quizás también emocionante.

un amor imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora