cap 6

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POV Alexander

Después de mi peculiar encuentro con Harry Potter, decidí que una caminata por los terrenos del castillo podría despejar mi mente. Había algo extraño en ese chico. Era como si intentara proyectar una imagen de inocencia y vulnerabilidad que no terminaba de convencerme. Pero ¿por qué debería preocuparme? Seguí caminando, dejando que mis pensamientos se disiparan.

Mientras bajaba hacia los sótanos, mis pasos resonaron por los pasillos de piedra. Ese silencio característico de la mazmorra siempre tenía un aire tranquilizador, al menos para mí. Giré una esquina y me encontré de frente con Severus Snape, quien parecía estar en su habitual recorrido intimidante por los pasillos.

—Alexander. —Su voz, baja y seria, retumbó en el espacio cerrado.

—Severus. —Incliné ligeramente la cabeza en señal de respeto.

Aunque la mayoría de los estudiantes evitaba cruzarse con él, yo siempre había encontrado consuelo en su presencia. Teníamos una relación basada en el respeto mutuo y una conversación ocasional que podía considerarse casi amistosa.

—Dumbledore me comentó que pasaste por su oficina esta mañana. —Dijo mientras ajustaba su túnica negra y se cruzaba de brazos.

—Ah, sí. Sabes cómo es. Siempre tiene alguna historia interesante que contar. Además, los sábados son mis días de ocio. —Sonreí ligeramente, aunque su semblante serio no cambió.

—Espero que esa "historia interesante" no incluya detalles innecesarios sobre mí. —Su tono era ácido, pero había una chispa de humor en sus ojos oscuros.

—Nada que no puedas manejar, Severus. —Respondí, permitiéndome una pequeña sonrisa.

Él asintió, como si aceptara mi respuesta. Caminamos juntos por el pasillo, intercambiando comentarios sobre la situación actual en Hogwarts y el caos que siempre parecía seguir a los Gryffindor, en particular al "Elegido".

—Esa clase con Umbridge, ¿cómo estuvo? —Preguntó, con una curiosidad disfrazada de indiferencia.

—Un desastre controlado. Harry iba a provocar una pelea, pero logré evitarlo. La profesora terminó dándole puntos a Gryffindor y a Slytherin. —Mi respuesta parecía entretenerlo ligeramente.

—Potter. Siempre buscando la atención de la peor manera posible. —Dijo con un suspiro de exasperación.

Antes de que pudiera responder, sentí una presencia detrás de nosotros. Al girar la cabeza, me encontré con Harry, que parecía haberse materializado de la nada.

—¡Profesor Snape! Alexander. —Su tono era alegre, pero había algo en su mirada que me hizo parpadear.

—Potter. —Respondió Severus con desdén, su rostro adoptando la habitual expresión de fastidio.

—¿Interrumpo algo importante? —Preguntó Harry, aunque no esperó una respuesta antes de acercarse un poco más a mí.

—No realmente. ¿Qué haces aquí? —Le pregunté, más por curiosidad que por interés real.

—Oh, estaba explorando un poco. Hogwarts es tan grande que siempre hay algo nuevo por descubrir. —Su tono era casual, pero sentí cómo se posicionaba estratégicamente entre Severus y yo, creando una distancia sutil pero evidente.

Severus lo observó con ojos entrecerrados, y su expresión cambió de irritación a algo más analítico.

—Alexander, ¿te importaría acompañarme al Gran Comedor? Creo que Ron y Hermione estaban buscándome, pero pensé que podrías ayudarme con algo en el camino. —Dijo Harry, su tono dulce como la miel.

—¿Ayudarte con qué? —Pregunté, intrigado.

—Solo un par de consejos sobre defensa contra las artes oscuras. Tu perspectiva siempre es interesante. —Sonrió, y por un instante su inocencia parecía genuina.

No vi nada extraño en su petición, así que asentí.

—Claro, puedo acompañarte. —Miré a Severus. —Nos vemos luego, Severus.

Él no respondió de inmediato. Sus ojos oscuros se movieron entre Harry y yo, como si intentara descifrar algo. Finalmente, asintió con una rigidez que apenas ocultaba su irritación.

—Alexander. Potter. —Se despidió con un leve movimiento de su capa antes de girarse y desaparecer por el pasillo.

POV Severus

Algo estaba fuera de lugar. Desde el momento en que Potter apareció, su comportamiento fue demasiado calculado. Lo observé con atención mientras interactuaba con Alexander, notando esos pequeños gestos: la inclinación de su cabeza, la forma en que movía las manos, incluso el tono deliberadamente amistoso de su voz.

Era una actuación. Una cuidadosamente ejecutada.

No era la primera vez que veía a Potter usar su "inocencia" como una herramienta, pero esta vez parecía dirigido específicamente hacia Alexander. Y, por supuesto, Alexander no lo notó.

Murmuré para mí mismo mientras regresaba a mi despacho. Pero antes de encerrarme en mi espacio habitual, una idea cruzó mi mente.

—Esto es algo que Dumbledore debe escuchar. —Me dirigí a su oficina, mi capa ondeando detrás de mí.

POV Dumbledore

—Severus, qué grata sorpresa. —Le dije cuando entró a mi oficina, con una expresión que claramente indicaba que tenía algo importante que decir.

—Grata no creo que sea la palabra correcta, director. —Respondió mientras tomaba asiento frente a mi escritorio.

—¿Qué sucede?

Severus tardó un momento, como si estuviera ordenando sus pensamientos.

—Es Potter. Estaba... interfiriendo.

—¿Interfiriendo? ¿Con qué?

—Con Alexander. —Respondió, su tono seco.

Me enderecé en mi silla, interesado.

—¿Qué pasó?

Severus explicó el encuentro en los pasillos. Detalló cómo Harry se había interpuesto entre él y Alexander, manipulando la conversación y dirigiendo la atención hacia sí mismo.

—El niño tiene un propósito claro. Es evidente que está intentando ganar el favor de Alexander. Y lo hace con una sutileza que casi lo hace parecer casual. Pero no lo es.

Me llevé una mano a la barba, pensativo.

—Alexander es una figura interesante. Es natural que despierte la curiosidad de muchos.

—Esto no es simple curiosidad, Albus. Potter lo está manipulando. Y Alexander, con todo su intelecto, no lo nota.

Una sonrisa leve apareció en mi rostro.

—Oh, Severus. Quizás estás subestimando a ambos.

—¿A ambos?

—Alexander no es tan fácil de manipular como parece, aunque reconozco que Harry tiene habilidades sorprendentes. Será interesante ver cómo se desarrolla esta dinámica.

Severus me miró con frustración.

—¿No harás nada al respecto?

—Por ahora, no. Dejemos que las cosas sigan su curso. A veces, las relaciones más interesantes surgen de las circunstancias más inesperadas.

Severus bufó, pero no insistió.

—Como desees, director. Pero no digas que no te lo advertí.

Con eso, se levantó y salió de la oficina, dejándome con una sonrisa que solo creció mientras pensaba en los días venideros.

Continuará...


solo quiero una vida tranquila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora