Siempre caía bien dar una vuelta por la noche fresca a la redonda para despejar la cabeza de puras tribulaciones. No era que él estaba acostumbrado a hacer esa rutina cada vez que se sentía angustiado, pero solo lo tomó como un arranque de su emoción conflictiva del momento.
Sus pies de réptil lo arrastraron a un bar nocturno que ostentaba por sus luces de colores y que colgaba un letrero que rezaba Only Romantic Monsters. ¿Qué estúpido nombre era aquel? Quizás solo encontraría a hombres y mujeres monstruos que apenas se hubieran conocido y comenzarían a derrochar amor por esa única noche.
Al entrar, el ambiente era parsimonioso y poético con su música de ritmos bohemios que se escuchaban en cada rincón y el cual era tocado en vivo por un trio compuesto por dos hombres monstruos de cuatro brazos que traían una lacia melena dorada adornada por una bandana los cuales tocaban la guitarra acústica y el teclado, en medio de ellos, yacía parada una jovencita monstruo de larga y ondulada cabellera rosa fucsia que fungía como la cantante en el escenario del fondo. La luz mortecina irradiante de luces trémulas entre el naranja, morado, azul y roja ayudaba al lugar al ser discreto con sus conquistas amorosas.
Sin más preámbulo, Randall se dispuso a sentarse en un banco alto que daba a la barra del bar y por el cual podía observar bien a la agrupación de hippies.
— ¿Buenas tardes caballero, alguna bebida en especial? — ofreció un joven monstruo de un cuerno en pico anillado que sobresalía en su frente como un unicornio y que resultaba ser el barista del bar.
— Una copa de vino pulposo.
— De acuerdo señor.
— Y una margarita de limón rosado. Yo los invito.
Enseguida, Randall advirtió el reconocimiento de esa vocecita familiar. Cuando viró a su lado izquierdo, se topó con la figura menudita de su ex compañero de la universidad y trabajo y antiguo amigo: Mike Wazowski.
— Qué sorpresa verte por acá — a leguas se notaba que el monstruito verde trataba de sonreír disimulado como si no le quedaba de otra.
— No tienes por qué invitarme — sentenció Randall con firmeza.
— Por favor Randall. Presiento que tú vienes aquí por lo mismo que yo.
— ¿A beberme una margarita de niña? Creo que estás equivocado.
Mike si se ofendió por el comentario, pero trató de mantener la compostura porque lo que menos quería era pelear ahora mismo.
— Mira Randall, si te das cuenta todo el lugar está plegado de monstruos con el corazón roto así que, ¿porque otra cosa más vienes aquí?
Randall escudriñó con fiereza al de baja estatura como si sospechara algo. — ¿Así que no es la primera vez que vienes?
Mike casi se atraganta con su propia saliva provocando que tosiera indiscutible.
— Tranquilo Wazowski, fue lo que creí — le dio unas leves palmadas a la espaldita del monstruito verde.
— Pues para que te miento, es la segunda vez que vengo — admitió Mike una vez que se le pasó el atragantamiento.
— Debes de tener algún asunto con Sullivan — bajó la mirada al suelo y musitó con resignación. — Como yo con Johnny.
— Sabes, siempre creí que las relaciones son complicadas comenzando contigo en primer lugar —Mike observó taciturno hacia las mesitas ocupadas por monstruos desgraciados en el amor.
El hombre lagartija río desanimado a la ironía de su comentario. — Nadie dijo que todo iba a ser fácil por mucho que uno luchará, Mike.
El monstruito verde viró hacia Randall con rostro epatado por la mención de su nombre de pila que hacía tiempo que el monstruo lagartija no le decía así.
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Mis Gajes Monstruosos del Oficio
FanfictionSer dueño o empleado de una empresa no es tan fácil cuando se tiene que lidiar con enemistades, envidias y acaso...¿celos? Continuación de "Somos los Monstruos". Historia enfocada en un universo alterno en Monsters, Inc y Monsters At Work donde l...