Advertencia: ¡Ojo! Puede haber un spoiler para quienes no han visto la temporada 2 de Monsters At Work.
Su sueño se había vuelto realidad. Por fin era un asustador y no cualquiera. En cuanto había puesto el primer pie dentro de las instalaciones de Fear Co., enseguida comenzó a escalar a letras mayúsculas: primero fue pisando los talones a los populares asustadores de la planta de sustos que ya estando reñidos los porcentajes de tanques de gritos acumulados durante la jornada bastando una semana por alcanzar el primer lugar en la lista de competencias. Segundo, los empleados de la compañía empezaban a voltearlo a ver con ojos de admiración y ya no de lástima por su torpeza como era en Monsters, Inc., así que eso le subió mucho el ego provocando a que cuidara más su vestimenta que de casual e informal ahora se ataviara con un traje formal que lo hacía lucir más refinado y le infundía de un respeto inherente. Y tercero, de toda su labor exitosa obtenía jugosas regalías además de un sueldo envidiable también lo era de un Porsche blanco de lujo como lo había prometido su espléndido nuevo jefe Johnny Worthington y no se diga de los permisos que se los daban sin ninguna traba.
Tylor se había convertido en el más joven monstruo asustador que gozaba de privilegios virtuosos como jamás un asustador veterano había podido obtener.
Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas. O la vida no era tan rosa como uno quisiera que fuera.
En todas las vidas de un personaje triunfador y talentoso siempre existía la piedra en el zapato que no deseaba o permitía que ascendiera más por cuestiones banales de envidia y celos y este era nada menos que Randall Boggs.
Las cuestiones personales que azotaban al monstruo lagartija eran demasiados personales y sin dejar de obviar su naturaleza impía iba a dejar libre al jovencito de cuernos anillados y gentil sonrisa colmilluda.
— Y bien ex bromista. ¿Qué noticias me traes de Monsters, Inc?
Tylor hizo paro total ante la voz hostigosa de su supervisor de la planta de sustos. Lo tenía a lado de él y así que no le quedo de otra más que enfrentarlo.
— Nunca fui bromista, ya se lo había comentado.
A pesar de que ya llevaba un mes trabajando como Asustador Profesional, ese hombre monstruo lagartija le confería un increíble desdén perturbable que ya empezaba a extrañar la actitud de su ex supervisor Duncan Anderson aunque fuera sarcástica y odiosa. Si lo pensaba bien, siempre iba haber alguien peor que el anterior y desgraciadamente aquí lo había encontrado.
— Vamos niño bonito, tú sabes más que yo de esa maravillosa y extraordinaria energía de la risa que tanto goza Monsters, Inc. Quizás con un breve vistazo de ella pueda enterarme de gran información.
Tylor miro con recelo a Randall. — ¿Qué pretendes al saberlo?
Randall soltó una ligera risilla maliciosa y atisbo a su subordinado directo a los ojos con interés implacable.
— La verdad es solo conocimiento a lo que estamos compitiendo y es de verdad que ellos han alcanzado una rauda fama impensable que tal vez sería el nuevo negocio del futuro — lo abrazó por los hombros sin perder contacto visual con él.
Esto inquietó y confundió a Tylor que ahora el señor monstruo Boggs se dirigiera con él con un poco de confianza. — ¿E-Estás dudando de la energía de los gritos a la de las risas?
Esta vez, Randall frunció la boca y le dedicó una mirada escéptica al menor pero no por eso dejo de afianzar su abrazo.
— Nunca lo haría — adujo secamente. — Pero quizás tu deberías de tener dudas acerca del nuevo compañero de trabajo que entro a trabajar en lugar tuyo. ¿Sabes quién es Roger Rogers? — lo observó mostrando un rostro con sorna.
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Mis Gajes Monstruosos del Oficio
FanfictionSer dueño o empleado de una empresa no es tan fácil cuando se tiene que lidiar con enemistades, envidias y acaso...¿celos? Continuación de "Somos los Monstruos". Historia enfocada en un universo alterno en Monsters, Inc y Monsters At Work donde l...