Al día siguiente, Agatha se levantó temprano. Tenía su cita con Wanda y, aunque era una parte crucial de su plan de convertirse en madre, la ansiedad no dejaba de rondarle. Estaba pensando en cómo manejar todos los aspectos de su vida: su carrera, la crianza de Nicky, y ahora esta creciente relación con Río.
Después de dejar a Nicky en la escuela, Agatha llegó a la clínica. Wanda la recibió con una sonrisa coqueta y cálida.
—Agatha, pasa, por favor.
Se acomodó en el consultorio mientras Wanda revisaba su historial y le explicaba el siguiente paso en el proceso de inseminación.
—Tus últimos resultados son muy buenos, así que seguimos en camino. Hoy haremos una revisión más para asegurarnos de que todo esté en óptimas condiciones.
Agatha asintió, tratando de mantenerse tranquila mientras Wanda realizaba los exámenes.
—¿Cómo te sientes con todo esto? —preguntó Wanda mientras escribía unas notas.
Agatha dudó un momento antes de responder.
—Es… mucho. No solo esto, sino también mi trabajo, Nicky… y ahora…
Wanda alzó la vista, arqueando una ceja con interés.
—¿Y ahora qué?
—Hay alguien. Alguien nuevo. Bueno, no tan nuevo. Es complicado. —Agatha dejó escapar un suspiro.
Wanda sonrió,aunque en el fondo sentía bastantes celos.
—Complicado suele ser interesante. ¿Te hace feliz?
Agatha se quedó en silencio, recordando el beso de esa mañana y los mensajes que habían intercambiado.
—Sí, creo que sí.
Wanda asintió, devolviendo su atención a los documentos.
—Eso es lo que importa. Ahora, volviendo a esto, todo está perfecto. Vamos a programar la inseminación para la próxima semana. ¿Te parece bien?
—Perfecto —respondió Agatha, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo.
—Agatha, estaba pensando y quizás podamos salir en estos días —respondió wanda de forma coqueta aunque Agatha solo se removió incómoda en su lugar.
Al salir de la clínica, Agatha tomó aire profundamente. Había tomado decisiones importantes en su vida, y aunque no todo estaba claro, sentía que estaba en el camino correcto.
Más tarde, en el bufete, se sumergió en su trabajo. Durante una pausa, revisó su teléfono y vio un mensaje de Río:
Río: *¿Cómo te fue con la Dra. Maximoff?*
Agatha sonrió, admirando la atención de Río a los detalles.
Agatha: Todo está en marcha. Gracias por preguntar. ¿Cómo va tu día?.
Río: Pesado, pero pensar en ti lo hace más llevadero.
Agatha se mordió el labio, sintiendo cómo esas palabras le aceleraban el corazón.
Esa noche, después de recoger a Nicky, llegaron a casa. Mientras él hacía su tarea en la sala, Agatha revisaba unos documentos en la cocina. De repente, alguien tocó la puerta.
Cuando abrió, se encontró con Río, aún en su uniforme, con una bolsa en la mano y una expresión cansada pero feliz.
—No quería ir a casa sin verte —dijo Río, levantando la bolsa—. Traje comida.

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Sin Reservas | Agathario
RomanceAgatha Harkness, una abogada de gran prestigio y fría ironía, ha forjado una vida de éxito en Nueva York. Distante y seria, suele mirar a los demás con condescendencia, siempre en control y rodeada del respeto que inspira su habilidad profesional. D...