Había una vez una rosa que me robó el corazón...
No es cierto...
yo sé lo di desde el primer segundo en que la vi,
pero déjala que crea que me lo quitó.
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⚠️: Este libro solo se le dedica a esa persona que vas a amar toda la vida, sí, incluso cuan...
Shakespeare ya me había dicho de ti cuando dejó escrito sobre aquella mujer comparada con un día de verano, pues la calidez de tus brazos y cómo se ve tu cabello tras los rayos de sol, te hace sentir abrazar el verano cuando estamos en medio del invierno.
Bécquer dejó muy claro que, poesía era una persona, entonces te conocí y lo entendí.
Aliguieri ya escribía de tu mirada capaz de someter lo que sea a tu placer, y mírame, soy un zorro domesticado.
Blake ya había caído en cuenta que, tocarte era tener el infinito, y recorrerte era sentir la eternidad en una hora, porque desde la punta de tu nariz se ve el mundo y desde la punta de tus pies se aprecia mejor el cielo.
Borgues me alertó que, no hay lugar donde viva sin recordarte y peor aún, que no hay ninguno donde no me duela.
Todos me lo advirtieron, te dejaron como profecía codificada para quien pudiera descifrarla, eres el presagio que anunció Hale el 23 de julio del 95, la doncella de la que hablan las canciones myrienses, la que tiene estrellas en lugar de pupilas como Poe los vio en Annabel Lee.
Dime, amor, ¿por qué te miras tanto al espejo como si no te gustara lo que ves?
Qué defectos, ¿de qué hablas?
Si todos te vimos belleza incluso quienes no te conocieron, sí, aquellos poetas que tanto me advirtieron.
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