Mario se muda al Reino Champiñón para comenzar una nueva etapa, jamás imaginó que dos princesas marcarían su vida de formas completamente distintas. Peach, elegante y determinada, y Daisy, apasionada y audaz, no solo compiten por el trono de sus cor...
El amanecer en el Reino Champiñón era un espectáculo digno de admiración, con los rayos del sol filtrándose a través de los hongos gigantes y cubriendo todo con un brillo dorado. Mario se encontraba sentado en la mesa de la cocina, observando una taza de té humeante que sus abuelos le habían preparado. La tranquilidad de la mañana era perfecta, pero su mente estaba en constante movimiento, procesando las últimas semanas desde su llegada al reino.
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Justo cuando estaba por tomar un sorbo, un golpeteo ligero en la puerta principal interrumpió sus pensamientos. Al abrirla, se encontró con un pequeño Toad, vestido con un uniforme formal que portaba el sello del castillo.
El pequeño ser extendió un sobre sellado con el emblema de la princesa Peach y le dedicó una sonrisa cortés.
—Mario, este es un mensaje oficial del castillo —anunció el Toad con entusiasmo—. La princesa Peach ha solicitado tu presencia en el evento de bienvenida para nuevos residentes del reino. Es un honor recibir esta invitación, muy pocos tienen este privilegio.
Mario tomó el sobre con cuidado, agradeció al mensajero, y cerró la puerta mientras se apoyaba contra ella, mirando el elegante diseño del sobre. Lo abrió con curiosidad, extrayendo una hoja con escritura impecable que detallaba el evento en el castillo: una gala de bienvenida para quienes se habían mudado recientemente al Reino Champiñón.
Aunque la invitación parecía algo exclusivo y emocionante, Mario no pudo evitar sentir una mezcla de incomodidad y nerviosismo. Él había llegado al reino buscando tranquilidad, deseando pasar desapercibido en esta nueva etapa de su vida. ¿Por qué, de todas las personas, había sido invitado a un evento tan ostentoso?
Dejando el sobre sobre la mesa, Mario se dirigió a la ventana y observó el panorama. Las calles ya comenzaban a llenarse de vida con habitantes llevando a cabo sus actividades diarias. Este lugar era diferente, pero en cierta forma, había comenzado a sentirse menos extraño. A pesar de su deseo de mantenerse alejado de los focos de atención, algo en esa invitación despertaba su curiosidad.
—Tal vez sea una oportunidad para conocer más sobre este lugar —murmuró para sí mismo, con una nota de incertidumbre en la voz.
Al mencionar el evento a sus abuelos durante el desayuno, ellos parecieron más entusiasmados que él.
—¡Oh, Mario, esto es maravilloso! —exclamó su abuela, con una amplia sonrisa mientras colocaba un plato frente a él—. La princesa Peach tiene fama de ser una líder amable y justa. Será una excelente oportunidad para relacionarte con otros residentes y comprender mejor el reino.
Su abuelo, más reservado, asintió en silencio pero con una mirada de aprobación.
—No todos los días se recibe una invitación al castillo. Ir puede abrirte puertas en más de un sentido, Mario. Quizá sea hora de considerar qué papel deseas desempeñar en este lugar.
