¿Me seguirás amando? - Ellie Williams

Capitulo 16

Arrastramos los cuerpos al lado más oscuro, Oscar y Antonio tomaron sus armas, luego nos dirigimos a la puerta y vimos que necesitábamos una tarjeta para abrirla

- ¡Revisen en sus uniformes!

Ordenó Antonio a Rodrigo y David, quienes fueron a buscar en el uniforme de los soldados muertos la tarjeta. Rodrigo fue quien puso frente a un scanner la tarjeta, iluminándose de verde, inmediatamente se abrió y con cuidado, viendo hacía todos lados, entramos. Al entrar lo primero que escuchamos fue el ruido de máquinas funcionando, mientras caminábamos vimos que había enormes tanques y la maquinaría donde supongo que las controlaban, el lugar era frio y grande, más el paso que llevábamos, sentía que nunca llegábamos a la salida.

Finalmente, después de varios minutos caminando, encontramos la salida de ese lugar, donde volvimos a pasar la famosa tarjeta. Al salir me dije a mi misma

- ¡Bienvenida oficialmente a Dante Ellie!

Solo había estado unos minutos en ese lugar y ya estaba impresionada por lo que veía. Seguimos avanzando y llegamos a un punto donde había cuatro pasillos, tal como dijo Sergio

- Ya saben, al tener lo necesario, hay que salir de inmediato, nos vemos donde dejamos los caballos

Dijo Oscar en tono bajo y todos dijimos sí levantando el pulgar. Ahí nos separamos en dos grupos, Antonio se unió a Rodrigo y a mí para buscar la medicina, los otros buscarían comida y agua embotellada. Oscar, David y Jaime se fueron por el pasillo 4 y nosotros nos fuimos por el segundo pasillo. A medida que avanzábamos, Dante nos seguía impresionando con su estructura, algo que, a pesar de los nervios por estar adentro, también nos estaba emocionando a Rodrigo y a mi

- ¡Vamos a ir por todo! 

- Me agrada tu actitud.

Chocamos el puño, pero Antonio totalmente concentrado, nos pidió que nos calláramos

- ¡Ya, ya, cállense! Debemos ser cautelosos

Ambos levantamos el pulgar y seguimos a paso lento, Rodrigo iba adelante, Antonio atrás y yo en medio, siempre vigilando nuestro alrededor. Pero esa emoción poco a poco fue desapareciendo, pues entre más tiempo pasábamos ahí, me empezaba a inquietar el silencio de ese lugar y hacía que estuviera aún más alerta, además estar lejos de aquella "salida" me estaba poniendo nerviosa, pensando que, en cualquier momento en vez de una puerta, íbamos a encontrar un soldado.

- No nos separemos de la pared, puede haber cámaras térmicas

Decía Antonio en voz baja.

- ¡Carajo! Este lugar es enorme y no encontramos nada

Exclamaba Rodrigo, mientras yo le pegaba con la punta de la pistola en la espalda para que se callara. De pronto cuando ya nos estábamos desesperando, encontramos la puerta que tanto habíamos buscado, vimos una cruz roja y abajo decía "farmacia" esta puerta también tenía un scanner, así es que Rodrigo paso la tarjeta, de nuevo se puso en verde y entramos, era como si hubiéramos encontrado oro al ver esa habitación grande y abastecida, estábamos emocionados de que habíamos encontrado la medicina que tanto necesitamos. Mientras llenábamos nuestras mochilas, sonreía, pensando que lo habíamos logrado, la suerte seguía de nuestro lado y en minutos saldríamos rumbo a Fenway, justo como se lo había prometido a Dennise.

- ¡Apúrense!

Decía Antonio en voz baja. Yo me sentía como en esos concursos que te dan un minuto para que tomes todo lo que puedas, pues sin saber que medicina tomaba, yo sabía que todo nos iba a ser útil. De pronto un gruñido nos hizo darnos vuelta, era un perro grande, en seguida empezó a ladrar y antes de que nos atacara, Rodrigo sin dudarlo le disparó, pero ya era tarde, pues empezábamos a escuchar los gritos de los soldados y sus pasos cada vez más cerca