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Ben
El conocido aroma a alcohol llena mis fosas nasales, solo que esta vez es diferente, esta vez no viene de mí. No. El olor a rosas y limpio predomina sobre el olor a licor, siendo una mezcla extraña, pero increíblemente adictiva.
Puede que esté apenas despertando y regresando a la consciencia, pero sé que se trata de Aeryn.
Inhalo su aroma, ocultando mi rostro en la curvatura de su cuello y abrazándome más a su cuerpo, en pleno limbo entre la realidad y el sueño. Disfruto de esto mucho más de lo que debería, pero no puedo evitar tomarlo. Me encanta su aroma, me encanta la manera en que su cuerpo encaja con el mío, me encanta tener mis manos sobre sus caderas y mi cara oculta en su cuello, y me encanta ella.
«Muchísimo.»
Abro mis ojos y no puedo evitar sonreír al darme cuenta en qué posición nos encontramos. Ella está completamente encima de mí, sus piernas a cada lado de mis caderas, su pecho contra el mío, su cabeza oculta en la curvatura de mi cuello. No debería sonreír como lo hago ahora, pero no puedo evitar hacerlo al recordar la primera vez que dormimos así, como la observé durante minutos enteros dormir, como me fascinó lo pacífica que lucía en este momento.
Ahora no puedo ver su rostro, pero la escucho dormitar con la misma paz de la vez anterior.
Acaricio su espalda, su cabello que cae como cascada por su espalda. Ella suspira en mi cuello, removiéndose ligeramente. Detengo mis caricias, intentando no despertarla. Tuvo una noche alocada —si es que a eso se le puede llamar haberse tomado tres vasos de sangría y un shot de tequila—, y realmente me gusta verle dormir.
Ella jamás puede saber eso.
No sé por qué me avergüenza tanto el hecho de que alguien más se entere sobre este pasatiempo espeluznante de ver dormir a alguien. Bueno, lo entiendo perfectamente. Me siento como un acosador asqueroso cada vez que lo hago, pero tampoco puedo evitarlo. Aeryn es preciosa siempre, pero cuando está dormida es un ángel.
Ella gimotea y empieza a estirarse tanto como puede, indicándome que se ha despertado. Aflojo mi agarre un poco y cierro mis ojos de inmediato, justo antes de sentirla incorporarse un poco. Puedo sentir su mirada. No dice ni hace nada por varios momentos en los que yo hago todo para no demostrar que estaba despierto, pero no pasa mucho tiempo antes de sentir su dedo trazar suavemente la línea de mi mandíbula y el corazón me empieza a latir como loco.
Me es muy difícil fingir que sigo dormido.
Ella lanza un suspiro antes de empezar a bajarse de mi cuerpo, lo cual, a la mierda, no lo permito.
Es demasiado ingenua si piensa que podrá apartarse de mí.
La tomo de las caderas y nos giro hasta que ella queda debajo de mi cuerpo y yo sobre ella, entre sus piernas. Ella emite un jadeo, pero toma mis hombros, sosteniéndose con fuerza. La miro a los ojos, los suyos luciendo del azul más puro y brillante que jamás haya visto.
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La Adicción de Ben
Romance*¡Nuevo capítulo todos los lunes, miércoles y viernes!* Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo. El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vi...