Layla creció en los Outer Banks, atrapada entre dos mundos: el lujoso de los Kooks y el real de los Pogues. Después de perder a sus padres, encontró un hogar con Big John y John B., pero la vida en la isla nunca ha sido fácil. Con secretos del pasad...
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Layla
Al llegar a tierra firme, después de lo que había sido una huida caótica y algo alocada por la pistola y el dinero que el tonto de JJ había robado, nos encontramos con una escena que no estábamos preparados para ver. Un par de patrullas de policía estaban estacionadas frente a la entrada del pueblo, y el aire estaba cargado de tensión. Mientras caminábamos hacia el centro, algo en el ambiente me hizo sentir incómoda, una sensación rara que me hizo ponerme alerta.
Cuando llegamos, vi que varios oficiales estaban trabajando cerca de un vehículo, y algo me llamó la atención. En el suelo, cubierto parcialmente con una manta, había algo... o más bien, alguien. Al principio no entendí qué era hasta que vi la cara del hombre que estaba cubierto. No conocía bien a Scooter Grubs, sólo sabía que era uno de esos tipos del pueblo que la gente evitaba o no solía mencionar mucho. Lo había visto en alguna que otra ocasión por la isla, pero nunca hablamos. Solo sabía que era un tipo raro, y parecía que no le importaba mucho lo que pensara la gente.
Pero ver su cadáver ahí, con el rostro desfigurado y rodeado de policías que trataban de mantener todo en orden, me hizo un nudo en el estómago. La imagen de su cuerpo, sacado del mar y tirado en la arena, me golpeó más fuerte de lo que esperaba. No era algo que debía ver, y sin embargo, ahí estaba, con una sensación de inquietud que no me dejaba respirar.
Me sentí extraña, como si todo lo que estábamos viviendo, todo este caos, hubiera cruzado una línea. La muerte de ese hombre no parecía ser algo trivial, y la forma en que los oficiales se apresuraban a cubrirlo, a hacer preguntas a la gente que miraba desde lejos... todo parecía estar relacionado con algo mucho más grande de lo que entendía.
— ¿Esto... esto qué ha pasado? —dije en voz baja, mirando al cadáver, sin saber qué más agregar.
De repente, sentí la mano de JJ sobre la mía. Pensé que me iba a molestar, pero me sorprendió cuando, de manera disimulada, me ofreció un gesto de apoyo, como si, de alguna forma, intentara calmarme. Lo miré de reojo, molesta, pero lo dejé pasar. Él, como siempre, no parecía afectado por la situación, incluso sonrió con aire de superioridad, como si nada de esto fuera realmente grave para él.
Fue entonces cuando una chica rubia se acercó, con un aire demasiado confiado y una sonrisa coqueta. Se acercó directamente a JJ, como si el resto no existiera. Yo seguí observando la escena en silencio, sin saber si sentirme más molesta por la chica o por lo que acabábamos de presenciar.
— ¿Qué tal, chicos? —saludó la chica, mirando a JJ de una manera que no dejaba lugar a dudas de su interés. — Me llamo Amber, y... he escuchado rumores de que uno de ustedes tiene algo muy interesante en su poder. —dijo, mirando a JJ con un brillo en los ojos. — Pero lo que realmente importa ahora es que... Scooter Grubs... tenía un Grandy White, y ahora todo el mundo lo está buscando. Aquí está la foto de su cadáver, ¿quieren verla?
