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Cuando llegamos a la casa de la playa, me sorprendió que, pese al huracán, estuviera casi intacta

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Cuando llegamos a la casa de la playa, me sorprendió que, pese al huracán, estuviera casi intacta. Las paredes seguían firmes, las ventanas sin un solo rasguño, y todo parecía estar en su sitio, salvo por el jardín, que era un completo desastre.

Sarah y yo nos miramos, y sin necesidad de decir nada, nos pusimos manos a la obra. Pasamos horas quitando ramas, enderezando macetas, y limpiando la arena que se había colado hasta en los rincones más insospechados. Para cuando terminamos, el jardín no era perfecto, pero al menos había vuelto a parecerse a lo que alguna vez fue.

No está mal, considerando que somos unas amateurs en jardinería, —bromeó Sarah, sentándose en uno de los escalones mientras se recogía el cabello en una coleta.

Si alguna vez decidimos dejar todo esto, podríamos montar un negocio de paisajismo, —respondí entre risas, dejándome caer a su lado.

Justo entonces, mi teléfono vibró con un mensaje de Pope. Lo abrí y no pude evitar sonreír.

¿Qué pasa? —preguntó Sarah, curiosa al ver mi expresión.

Pope dice que los Pogues están organizando una fiesta en la playa. ¿Te animas?

Sarah levantó una ceja con una sonrisa traviesa.

¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que voy. Pero antes, necesitamos arreglarnos. No puedo ir a una fiesta luciendo como si acabara de pelearme con un arbusto.

Reí y me levanté.

Bien, princesa de Figure Eight, guíame a tu palacio para empezar la transformación.

Volvimos a su casa, donde Sarah no perdió tiempo en abrir su enorme armario lleno de ropa perfecta para cualquier ocasión. Entre risas y comentarios sobre lo indecentemente organizada que tenía su ropa, empezamos a elegir nuestros conjuntos.

¿Qué tal esto? —preguntó, sosteniendo un vestido corto blanco que resaltaba su piel bronceada.

Es perfecto. Topper va a perder la cabeza cuando te vea.

Y tú... —dijo, sacando un vestido azul marino que sabía que me encantaba. — Con esto vas a dejar a JJ babeando.

Por favor, Sarah, —respondí, rodando los ojos aunque no pude evitar sonrojarme un poco. — JJ es JJ. No pierde el tiempo con nadie, solo le gusta molestarme.

Oh, claro, —respondió, arrastrando las palabras con sarcasmo mientras me lanzaba una mirada de complicidad. — Y por eso no puede apartar los ojos de ti cuando estás cerca.

Intenté ignorar su comentario mientras me ponía el vestido. Una vez listas, nos miramos al espejo y nos dimos un último vistazo antes de salir hacia la fiesta.

𓂀𝔹𝕠𝕣𝕟 𝕋𝕠 𝔻𝕚𝕖𓂀|𝕛𝕛 𝕞𝕒𝕪𝕓𝕒𝕟𝕜Where stories live. Discover now