Bet And Revenge [moonsun] G!P

Capítulo once

No puede dormir. Baja de la cama. Desde ese mediodía, lo único que piensa es en los labios de Yong Sun. Han pasado dos días y nada parece estar bien a partir de esa situación imprudente. No la mira y, cuando está a punto de hacerlo, se arrepiente.

La ignora, es obvio.

Se toca los labios de forma nerviosa antes de beber del vaso con agua. Dejándose guiar por el reloj, recién son las doce de la noche. La adrenalina recorre de repente sus venas y el deseo por respuestas y admirar con paciencia aquel rostro femenino y joven terminan por encender la idea de escapar. Toma su chaqueta para después ponerse los calzados. Sabe que tiene que ser rápida y no llamar la atención, por eso huye de la residencia prácticamente como si fuera invisible. Ninguna alarma ha sonado por su propia astucia.

Gracias a su desesperación, ha memorizado el camino de su casa hasta la de los Kim. De la misma manera que antes, trata de pasar desapercibida mirando para todos lados para que nadie note su presencia. Es consciente de que si alguien la encuentra... su muerte es un hecho. Al dar con la habitación de Yong Sun, un escalofrío la visita, pero la alteración vuelve a molestarla al punto de que, a propósito, ha guardado dos piedras de tamaños considerables para utilizarlas como aviso de su llegada. Agarra una y la tira. Es más que suficiente. La chica abre la ventana y su rostro es inexpresivo. Seguido de un «no» casi susurrando y una seña de que se fuera de su espacio, cuando quiere cerrar y regresar a la cama a continuar sobrepasando, se muerde los labios.

Dejarla ir no es una opción, pero tiene miedo y sabe que tendrá que dar explicaciones. Así, hace otro movimiento de manos indicando que la escalera está a un costado del balcón que da a su cuarto. Está ahí porque su madre ha vuelto a cambiar el color de cada pieza de la casa. Algo le está queriendo decir el destino y, después de tanto, no le agrada lo que está a punto de suceder. Sin una gota de maquillaje y desarreglada, la chica le sonríe de todos modos tratando de ofrecerle un beso. Niega de inmediato con la cabeza poniendo un dedo encima de su boca.

- Le gustas de verdad a Hye Jin, no podemos, y créeme que lo siento porque...

- Ni siquiera me insultas, Yong Sun. No me miras desde ese día... y sí, puede que le encante a tu mejor amiga, pero ella no es tú y por más que haya dicho que probablemente te quite absolutamente todo, en el fondo, ambas sabemos que no es verdad porque la única que arrebata cada cosa inconscientemente eres tú y nadie más que tú.

- Está tu hermano en el medio, ella, nuestros padres, el colegio, la gente, los... los medios... Dios, mi padre te mataría aquí mismo si se entera que estás aquí conmigo, Byul. El tuyo...

- Shh, deja de hablar, lo sé, idiota no soy... me arrancaría los ojos.

- ¿Entonces? Vete, no es correcto que estés aquí conmigo, menos a esta hora. Dame las gracias por dejarte pasar al menos. ¿Solo querías decirme eso? Bueno, ahora ve a tu casa, quiero dormir...

- Déjame quedarme un rato, prometo no invadir tu espacio personal, te lo juro.

Yong Sun aparentemente acepta porque no dice más nada. A lo lejos, se oye música clásica y las ganas por preguntar viniendo de Moon Byul qué es eso exactamente son grandes. En silencio, se apoyan en la cama sentadas en el suelo. De reojo, percibe el frío de Yong Sun, por eso pone su chaqueta encima de sus hombros ignorando sus labios apretados y sus ojos histéricos. Es la primera vez que no avanza con una chica mucho más allá y simplemente permanece con ella lado a lado observando un punto fijo. Sabe perfectamente que Yong Sun no es una lanzada, pero el beso que le dio en la azotea fue mágico y sintió el deseo de su parte en casi toda la situación.

- No quería besarte, al contrario, casi vomito cuando bajé... - Moon Byul niega rotundamente con la cabeza. Está mintiendo.

- Eres consciente de que puedes ser tú misma cuando estás conmigo, los engaños no son necesarios, Yong Sun. Entiendo que te sientas abrumada porque besaste a una chica, pero...