capitulo 4

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Susurros en la Oscuridad

Yuji despertó sobresaltado, empapado en sudor. Había tenido un sueño extraño, uno que no podía recordar con claridad, pero que le dejaba una sensación de vacío y angustia. El reloj marcaba las 3:33 a. m., y todo en su habitación estaba en silencio. Demasiado silencio.

Mientras se sentaba en la cama, tratando de calmar su respiración, un sonido sutil llamó su atención. Era como un murmullo lejano, un susurro que parecía provenir de todas partes y de ninguna a la vez.

- ¿Quién está ahí? -preguntó en voz baja, aunque sabía que no obtendría respuesta.

El murmullo se detuvo por un momento, y el silencio volvió a llenar la habitación. Sin embargo, una voz fría y rasposa resonó en su mente.

- Te están observando, Yuji... No estás solo.

Yuji se quedó paralizado. Era la primera vez que escuchaba algo tan claro, tan vívido, como si alguien estuviera justo a su lado.

- ¿Quién eres? -susurró, mirando a su alrededor, aunque sabía que no había nadie más allí.

La voz se rio suavemente, un sonido que hizo que su piel se erizara.
- Eso no importa. Lo que importa es que no puedes huir. Hay alguien acechándote, esperando el momento adecuado.

Yuji sintió un escalofrío recorrer su espalda. No podía entender si estaba perdiendo el juicio o si realmente había algo más, algo que no podía explicar.

- ¿Por qué yo? -preguntó con un hilo de voz.

La voz no respondió de inmediato. El silencio se alargó tanto que Yuji comenzó a pensar que lo había imaginado todo. Pero entonces, la respuesta llegó, lenta y calculada.

- Porque eres especial.

Esa palabra resonó en su mente, cargada de significado. Pero Yuji no se sentía especial. Era solo un chico normal, o al menos eso quería creer.

Decidió levantarse de la cama y encender la luz, esperando que la claridad disipara las sombras que parecían envolverlo. Pero cuando lo hizo, notó algo extraño en el espejo de su habitación. Había algo allí, algo que no debía estar.

Una figura oscura, con ojos rojos brillantes, lo observaba desde el reflejo. Yuji giró rápidamente, pero no había nada detrás de él. Al mirar de nuevo al espejo, la figura había desaparecido.

- Esto no está pasando... -murmuró, llevándose las manos a la cabeza.

La voz volvió a hablar, más fuerte esta vez.
- Es real, Yuji. Todo lo que ves, todo lo que sientes. Es real. No ignores las señales.

Yuji intentó calmarse, pero su corazón latía descontrolado. Salió de la habitación y bajó las escaleras, buscando refugio en la cocina. Se preparó un vaso de agua y se sentó en la mesa, tratando de racionalizar lo que estaba ocurriendo.

- Esto es solo estrés... Es mi mente jugándome trucos... -se repetía a sí mismo, pero no podía convencerse.

De repente, sintió una presencia detrás de él. El aire se volvió más frío, y un susurro rozó su oído.

- Están más cerca de lo que crees.

El vaso cayó de sus manos, rompiéndose en mil pedazos contra el suelo. Yuji se giró rápidamente, pero nuevamente, no había nadie.

A partir de ese momento, Yuji comenzó a notar cosas que antes pasaban desapercibidas: sombras que se movían en el rabillo del ojo, voces que se mezclaban con el viento, y esa sensación constante de que alguien lo estaba observando, acechándolo.

Esa noche, mientras intentaba volver a dormir, decidió que no podía enfrentar esto solo. Tal vez su abuelo tenía razón. Tal vez las sombras no eran simples juegos de luz.

Por primera vez, Yuji sintió que su vida estaba siendo invadida por algo más allá de su comprensión. Algo oscuro, algo peligroso.

Y lo peor de todo era que la voz tenía razón. No estaba solo.

bajo el control del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora