capitulo 6

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Una propuesta

Capítulo 6:

La noche parecía estar diseñada para ese momento. Un cielo oscuro sin luna, faroles titilando con pereza, y un silencio inquietante que lo envolvía todo. Yuji Itadori estaba de pie, mirando fijamente hacia adelante, con el corazón acelerado y una mezcla de confusión y sospecha en sus ojos.

Delante de él estaba ella. La figura que había sentido seguirle en las sombras, que lo había mantenido en un estado de alerta constante. Ahora, estaba justo frente a él, mirándolo con una calma perturbadora, como si todo estuviera planeado. Su cabello cobrizo brillaba tenuemente bajo la luz de los faroles, y esos ojos... esos ojos dorados con anillos rojos parecían atravesarlo, como si pudieran leer cada rincón de su alma.

Yuji tragó saliva. "¿Es ella quien me ha estado siguiendo?", pensó. Pero cuando intentó decir algo, ella habló primero.

— ¿Por qué te detuviste? —preguntó con suavidad, como si la respuesta fuera irrelevante. Su voz era dulce, pero con un tono subyacente de autoridad que hacía que la piel de Yuji se erizara.

Yuji parpadeó, intentando ordenar sus pensamientos.

— Porque... tú... —balbuceó, señalándola con una mezcla de incredulidad y temor—. ¿Quién eres? ¿Por qué me has estado siguiendo?

La mujer inclinó ligeramente la cabeza, una sonrisa apenas perceptible formándose en sus labios. Dio un paso hacia adelante, y Yuji instintivamente retrocedió uno.

— ¿Realmente necesitas preguntar eso, Yuji? —respondió, ignorando por completo la tensión en el aire—. Me parece que ya sabes la respuesta.

Yuji frunció el ceño, confuso y frustrado al mismo tiempo.

— No te conozco... —comenzó, pero se detuvo. Algo en su mirada le hizo dudar. Había una sensación familiar, como si realmente la hubiera visto antes, aunque no podía recordar dónde ni cuándo.

La mujer levantó una mano, deteniendo sus pensamientos.

— Mi nombre es Makima —dijo finalmente, su voz sonando como un eco en el vacío—. Y tú, Yuji Itadori, estás destinado a cosas que ni siquiera puedes imaginar.

El silencio que siguió fue insoportable. Yuji la miró, intentando procesar lo que acababa de escuchar. ¿"Destinado"? ¿Qué significaba eso? ¿Y cómo sabía su nombre?

— ¿Cómo sabes tanto sobre mí? —preguntó, su voz firme pero llena de incertidumbre.

Makima esbozó una sonrisa más amplia, pero no respondió de inmediato. En lugar de eso, se giró ligeramente, dejando que la luz de los faroles iluminara su rostro con mayor claridad.

— Digamos que estoy interesada en ti. —dijo finalmente—. En lo que eres... y en lo que podrías llegar a ser.

Yuji apretó los puños, sintiendo una creciente frustración.

— No estoy interesado en tus juegos. Si sabes algo, dímelo ahora. ¿Qué quieres de mí? —su voz era firme, pero había un ligero temblor en ella, producto de la inquietud que sentía en su interior.

Makima lo miró directamente a los ojos, y por un momento, Yuji sintió que el tiempo se detenía.

— Quiero que vengas conmigo. —dijo con una simplicidad que lo dejó helado.

Yuji entrecerró los ojos. "¿Venir contigo?", pensó. La propuesta parecía sencilla, pero algo en su tono, en su presencia, le decía que no era una invitación común.

— ¿Por qué habría de hacer eso? —preguntó, desafiándola.

Makima avanzó un paso más, cerrando la distancia entre ellos.

— Porque el mundo en el que vives ahora está a punto de cambiar. —respondió con calma—. Y cuando eso suceda, necesitarás estar preparado. Conmigo, aprenderás lo que realmente significa tu existencia, Yuji. Lo que puedes hacer... y lo que debes enfrentar.

Yuji sintió un escalofrío recorrer su espalda. Había algo en sus palabras que no podía ignorar, algo que resonaba con una verdad que no quería admitir.

— No entiendo nada de lo que estás diciendo. —dijo finalmente, aunque sabía que eso no era del todo cierto. Había algo en su interior que le decía que Makima no estaba mintiendo.

Ella inclinó la cabeza una vez más, como si hubiera esperado esa respuesta.

— No tienes que entenderlo todo ahora. —respondió con suavidad—. Solo tienes que confiar en mí.

Yuji la miró fijamente, luchando contra la confusión y el miedo que sentía. Pero también había algo más. Una parte de él quería saber, quería entender lo que ella estaba ofreciendo, aunque sabía que podría ser peligroso.

— Y si digo que no... —comenzó, pero Makima lo interrumpió.

— Entonces, tarde o temprano, volveremos a encontrarnos. —dijo con una certeza que lo dejó sin palabras—. Porque el destino siempre encuentra la manera de unir a quienes están destinados a cruzar caminos.

La seguridad en su voz hizo que Yuji dudara. Finalmente, después de un momento que pareció eterno, dio un paso hacia ella.

— De acuerdo... —dijo, aunque aún no estaba seguro de lo que estaba haciendo—. Pero si esto resulta ser una trampa, no me culpes por defenderme.

Makima sonrió, esta vez con un aire de satisfacción.

— No te preocupes, Yuji. Todo lo que quiero... es ayudarte a descubrir quién eres realmente.

Y con esas palabras, comenzó a caminar, dejándolo con más preguntas que respuestas. Pero, al final, Yuji decidió seguirla, adentrándose en un camino que sabía que cambiaría su vida para siempre.

bajo el control del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora