El sol de la tarde bañaban tu hogar con una luz cálida y tranquila. Sentado en el sofá de tu sala, hojeabas sin mucho interés un libro que habías encontrado. Tu mente, sin embargo, divagaba, y no podía evitar pensar en Janet. Tu amor por ella seguía siendo tu ancla en medio de los problemas recientes.
Un suave golpe en la puerta te sacó de tus pensamientos. Te levantaste y abriste, encontrándote con Mandy, quien parecía algo nerviosa, pero decidida.
—Mandy, ¿qué haces aquí? —preguntaste con una mezcla de sorpresa y cautela.
Ella respiró profundamente antes de hablar. —Confronté a Melodie. No podía quedarme de brazos cruzados viendo cómo intenta separarte de Janet. Tú no la amas, y ella lo sabe, pero sigue empeñada en destruir lo que tienes con Janeth.
Frunciste el ceño. —¿Qué pasó? ¿Te dijo algo?
—Nada que valga la pena repetir —respondió Mandy, cruzando los brazos. —Solo quiero que sepas que tienes que tener cuidado con ella. Es más peligrosa de lo que parece.
Asentiste lentamente, sintiendo el peso de las palabras de Mandy. —Gracias por decírmelo, Mandy. Sé que Melodie no se rendirá fácilmente, pero mi corazón está con Janet, y nadie va a cambiar eso.
Mandy forzó una sonrisa, pero su mirada traicionaba el torbellino de emociones en su interior. Ella todavía sentía algo por ti, aunque sabía que debía dejarlo ir.
—Lo sé, ( ). Y quiero que seas feliz. Eso es lo único que importa. —Su voz temblaba ligeramente, pero logró mantener la compostura.
Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Melodie estaba sentada en su habitación, mirando el techo. Las palabras de Fang resonaban en su mente. Él había sido sincero sobre sus sentimientos hacia ella, y aunque apreciaba su honestidad, su corazón estaba en otro lugar. contigo. La idea de no estar contigo le resultaba insoportable, pero no podía ignorar el daño que su obsesión estaba causando a todos los involucrados.
—¿Por qué no puedo simplemente olvidarlo? —se murmuró a sí misma, cerrando los ojos mientras luchaba con sus emociones. Fang podía ofrecerle algo verdadero, pero no era lo que ella deseaba. No eras tu.
Por su parte, Janeth estaba en casa con su pequeña hermana, Bonnie. La niña la observaba con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—¿Por qué estás tan callada, Janeth? —preguntó Bonnie, abrazando un cojín en el sofá.
Janeth suspiró, intentando ocultar su ansiedad. —Solo estoy un poco cansada, Bonnie. Nada de qué preocuparse.
Pero la niña no se dejó engañar. —¿Es por ( )? ¿O por esa chica rara que te ha estado molestando?
Janeth se sorprendió ante la perspicacia de su hermana. —¿Cómo sabes eso? —preguntó suavemente, acariciándole el cabello.
—Te he escuchado hablar con papa —admitió Bonnie, encogiéndose de hombros. —No me gusta que estés triste. ( ) te quiere, ¿verdad?
Janet sonrió con ternura. —Sí, me quiere. Y yo lo quiero a él. —Sus palabras eran sinceras, pero el miedo a perderte seguía latiendo en su interior. —Todo estará bien, Bonnie. Prometo que lo resolveremos.
Mientras tanto, en tu casa, Mandy se levantó para despedirse.
—Bueno, ya te he dicho lo que tenía que decir. Cuídate, ( ). —Intentó sonar casual, pero su voz se quebró levemente.
La miraste con agradecimiento. —Gracias, Mandy. Por todo. Sé que no ha sido fácil para ti, pero valoro mucho que estés aquí para ayudarme.
Ella asintió, dándole una última mirada antes de salir. Mientras cerraba la puerta detrás de ella, Mandy dejó escapar un suspiro. Era hora de seguir adelante, aunque su corazón tardaría en entenderlo.
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-¿Esto es Amor? - Janet x Lector- Brawl Stars
RomanceNo necesito de mil motivos para sonreír, contigo ya es suficiente.