05 Magae Coven

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Kaveh abrió sus ojos y sintio un leve ardor en su cuerpo que salpicaban como chispas en sus entrañas y pudo divisar que se hallaba Alhaitham, ambos estaban desnudos.

Abrió más sus ojos por el asombro y se levantó sin embargo se dió cuenta de que no era el castillo sino, en su antigua casa y en su antiguo barrio depresivo.
Su cuerpo era diminuto y supuso que tenía alrededor de 12 años en ese entonces, sintió un poco de alivio al saber que no tenía sus molestos brazos, podía recordar los lienzos que colgó en ese entonces para demostrar a su vecino su talento.
Las cortinas estaban cerradas y dejaban pequeñas pinceladas de luz sobre el suelo, su caballete y su libro de bocetos estaban colocados en el mismo lugar que siempre, como si estuvieran intactos durante el tiempo, suponía que había viajado en la línea temporal, consideró que tal vez podia cambiar los hechos, entonces se dirigió hacia la entrada para salir de aquella sofocante casa.

—Levántate, va a llegar mi abuela.

Le hizo caso y se vistió e intentó aprovechar el tiempo para abrir la manilla pero fue imposible, entonces volvió a su habitación para abrir la ventana pero descubirió que era una ilusión, y que jamás hubo una ventana en primer lugar. En ese momento volteó y Alhaitham parecía haber desaparecido de la casa, ya estaba sospechanfo que se todo aquello se trataba de una ilusión engañosa, asi que sin vacilaciones intentó con todas sus fuerzas abrir la única puerta de aquel lugar desconocido.
En la cocina comenzó a desbordar del grifo toneladas de sangre que seguramente iban a llenar el lugar, las cigarras comenzaron a aparecer y a cantar para molestar sus oídos y sus pinturas comenzaron a recobrar vida para exclamarle que no servía para nada y que iba a morir en ese preciso momento.
De sus ojos salieron olas de lágrimas mientras con sus manos pequeñas y desnudas comenzaron a jalar lo más que pudo la manilla, las ilusiones que lo atormentaban se hacían más fuertes mientras lloraba y suplicaba que lo dejaran vivo.
De repente pudo abrir la puerta en medio del dolor, y se encontró  frente a la academia de arte que solía ir,recordó que por muy costosa que fue la matrícula sus padres pudieron permitirse pagarla con mucho privilegio, al lado suyo colgado de su brazo tenía a un embrión con el cordón umbilical colgado alrededor de su brazo, una multitud de adolescentes se abalanzaron sobre él, con sus bolsos y zapatos impecables corrieron junto al sonido del timbre, obviamente quiso intentar alcanzar sus pasos pero de repente sintió que alguien le tocaba los hombros.
Volteó y se trataba de Alhaitham y sonrió antes de que le dijera las palabras más importantes que marcaron su adolescencia.

—Recuerda que estoy contigo porque eres un hombre, y no te puedes embarazar.

Soltó su mano y comenzó a correr a la dirección contraria que todos los estudiantes, queria evitar observarlo porque sus recuerdos más pálidos y nítidos comenzaron a resugir para atormentarlo, era como un hechizo al que no podía escapar, sus pies sintieron un vació y de nuevo cayó.

Esta vez era de noche y estaba sentando en un banco, observó sus manos temblorosas que otra vez estaba en el cuerpo de su yo adolescente, el frío era infernal así que se colocó una bufanda mientras observaba el cielo melancólico, parecía que le estaba intentando explicarle algo y detrás suyo apareció Alhaitham. Recordó que en ese momento debía mostrarle los garabatos que había hecho en clase, más bien, eran garabatos del santuario que siempre se quedaba soñando para el Dios que se encontraba en frente suyo, sin embargo, ya no estaba seguro si mostrarlo a una ilusión bastante obvia.
Podía cerrar los ojos pero aquel escenario seguía existiendo y con el miedo encerrado en su pecho corrió hacia el concreto frío sin voltear hacia atrás, de repente estaba sentando en el inodoro, dentro del cubículo del baño de la academia llorando porque le dolían las manos, pudo notar cómo no tenía sus uñas y sus dedos parecían marchitarse.
Salió del cubículo y se lavó las manos, pudo divisar en el espejo qué se veía a sí mismo demacrado y con ojeras, el dolor pinchaba cada célula de su piel y quería salir pero como era de esperarse estaba atrapado en el baño. Rezó para que su Dios escuchara sus lamentos, fue en ese momento que Alhaitham de nuevo, apareció disparado por aquella puerta.

Bruja | Genshin Impact AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora