Adhira Relatos de una Jóven Enamorada

A mi amada Adhira

Lo que estoy a punto de escribirte es una sucesión de hechos que desembocaron en mi amor por ti.
Siempre me has gustado, sin embargo al provenir de congregaciones religiosas tan tradicionalistas y obtusas jamás habrían permitido nuestro tipo de amor en la familia, es por eso que me casé con tu hermano Raúl, para poder estar cerca de ti. Raúl lo sabe y siempre se ha comportado comprensivo y hasta cierto punto respetuoso, nunca me ha faltado nada con él, excepto el más importante amor. He tratado de ser una buena esposa para nuestros padres, intento ser recíproca y aunque no es algo que haya buscado le he permitido tener relaciones íntimas conmigo, para darle un sucesor,  así es Adhira, estoy embarazada de tu hermano pero aún sigo enamorada de ti; mi mejor amiga y única compañera de vida.
No sé que hacer ahora, no quiero abortar al niño pues de alguna forma ya lo siento como parte de mí, además una criatura inocente no debería de pagar los pecados de sus padres.
Esto no lo puede saber la familia, ni Raúl, ni nuestros padres...
Aunque viva en España la familia sigue siendo lo más importante para mí.

-Esto fue lo último que leí antes de que Raúl me llamara porque nuestra prima Cinthia la más chismosa de todas se enteró de todo por medio de mi madre a quien le he contado todo de mi vida y siempre me ha aceptado como soy.
Por desgracia toda la familia no pensaría lo mismo, ni de Erith ni de la amada hija del nuevo Reverendo, Adhira y sus relatos de joven enamorada, terminando en un psiquiátrico por cinco años hasta Raúl, y Erith con ayuda de abogados y endeudándose de por vida lograron sacarme de ese infierno.