Capítulo 8

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Disculpad la demora en la actualización. Allá vamos.



Capítulo 8.

Descubrimientos



El lunes trajo de vuelta la rutina. Marta llegó a la oficina antes que nadie y empezó a revisar sus tareas mientras esperaba que llegara Fina. Se encontraba revisando el informe de ventas del fin de semana cuando llamaron a la puerta de su despacho.

- Adelante.

La puerta se abrió tímidamente y Fina asomó la cabeza. Marta la miró y la sonrisa se instaló en su rostro.

- Buenos días.

- Hola... pasa por favor - Marta se levantó de su silla.

Fina accedió y cerró la puerta a su espalda sin dejar de mirarla. Se quedaron a una distancia prudencial, como esperando. Fina decidió tomar la palabra.

- ¿Como estás?

- ¿Te digo la verdad? Estaba esperándote - contestó Marta, dando un paso hacia ella.

- Uhm... ya - contestó Fina, coqueta.

- ¿Solo eso me dices? - preguntó la rubia, dando otro paso.

- Uhm... sí.

- Vaya... hoy no estás muy habladora - susurró Marta, cerrando la distancia entre ellas y agarrándola suavemente de la cintura. Fina cerró los ojos una milésima de segundo y Marta sonrió. Le encantaba saber que su tacto la ponía así.

- Será que este fin de semana me han dejado sin habla - susurró la morena en su oído.

Marta sintió el calor apoderándose de su cuerpo e imágenes de lo que habían hecho apenas unas horas antes hicieron acto de presencia en su mente. Cerró los ojos, intentando ignorar el deseo que empezaba a instalarse en ella.

- O quizá solo estoy esperando a que mi jefa me diga cuál es el orden del día - continuó Fina, ya en un tono de voz normal. - ¿Has revisado el informe de este finde?

- Sí, de hecho justo estaba haciendo eso - Marta la soltó y volvió a su mesa. Giró el portátil y Fina se apoyó sugerentemente en el borde de la mesa. Sus ojos observaron atentamente el gráfico que se mostraba ante ella y frunció los labios en una clara mueca de satisfacción. - Vaya... todo va viento en popa, ¿no? - Fina levantó la mirada y se encontró los ojos azules de Marta, que la miraban expectantes. Sonrió. - ¿Qué mira usted, doña Marta? - cuestionó.

- Es imposible no mirarte, Fina...

La morena percibió el deseo en el tono de voz de Marta y bajó un momento los ojos, mordiéndose el labio.

- Entiendo... pero sabes donde estamos, ¿no?

- Sí... en mi despacho... y se me ocurre que podríamos cerrar la puerta...

- No se le ocurre nada, doña Marta - cortó Fina. - Usted tiene que revisar ese informe y yo tengo que ponerme al día con el trabajo... así que si no me pone ninguna tarea... me voy a trabajar - y se dio la vuelta, dejándola con la palabra en la boca y el deseo galopando en su pecho.



El resto del día pasó para ambas bastante más lento de lo que hubieran deseado. A última hora Damián pasó por el despacho de Marta.

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⏰ Última actualización: 13 hours ago ⏰

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