Familia de Leo
Leo
Poco a poco, mientras caminábamos por las estrechas calles del pueblo de la manada del Este, noté cómo los ojos curiosos de algunos lobos se posaban intensamente sobre nosotros, especialmente en mí. Algunos miraban de reojo a Walter, pero sin atreverse a hacer ningún ruido. La tensión en el ambiente era palpable, y podía sentir la hostilidad sutil pero presente.
Finalmente, llegamos a la imponente casa principal de la manada. Uno a uno, los lobos se transformaron en humanos y entraron en la casa, y lo mismo hicimos Walter y yo. Al cruzar el umbral, pude sentir las miradas fijas de algunas personas sobre nosotros, lo que me hizo mantener la guardia alta.
Dentro de la casa, encontré al niño pequeño sentado en el sofá, absorto en su lectura. Hice un gesto con la cabeza hacia Walter, indicándole que nos acomodáramos en los sillones frente al sofá mientras esperábamos a que mis hermanos llegaran con lo que necesitaba.
El primero en entrar fue mi ex, Dylan. Suspiré con frustración cuando se sentó junto a su hijo y clavó sus ojos en Walter, analizándolo con una mirada desagradable. Su cabello ahora más corto y de un tono marrón claro no le sentaba bien, y en mi mente solo podía preguntarme cómo había estado con él en el pasado.
"¿Dónde está Lionel?" le pregunté con firmeza para desviar su atención de Walter.
Dylan hizo caso omiso de mi pregunta y continuó mirando fijamente a Walter, soltando comentarios desagradables. Walter frunció el ceño ante sus palabras, y yo le hice un gesto tranquilizador para que no le prestara atención.
"Yo soy Walter Black, el próximo Alpha de la manada del Sur", se presentó Walter de manera educada, extendiendo su mano hacia Dylan, quien simplemente lo ignoró.
Antes de que Dylan pudiera responder, mis hermanos llegaron con una caja en sus manos, en la que pude ver las iniciales de mi difunta madre grabadas.
''¿Quién es él?'' pregunta Lionel, señalando a Walter con la barbilla.
Suspiro frustrada por tanta atención centrada en él, así que simplemente suelto una palabra que los deja congelados.
''Mate'' digo, levantándome del sillón e indicando a Walter que me siga.
''Espera, espera'', dice mi hermana Lydia, evidentemente confundida. ''¿Cómo que mate? Eso es imposible, si tu mate es Dylan'', dice señalando al beta.
''Dirás ex, ya que ahora está con una perra'', respondo con una sonrisa despectiva, consciente de cómo las palabras pueden doler.
Dispuesta a salir de la casa, siento cómo una mano agarra mi muñeca, y al girarme, veo que es Dylan. ''Suéltame, asquerosa basura'', le espeto furiosa.
Antes de que pueda decir algo, Walter agarra la muñeca de Dylan, haciendo que me suelte y lo aparta de su vista.
''Te advierto que no vuelvas a tocarla, no quiero que haya malos rollos entre las dos manadas'', advierte Walter, poniéndose a mi lado de manera protectora. ''Si nos disculpan, es hora de que nos vayamos'', añade, haciendo un gesto con su mano para que salgamos de la casa, y yo asiento.
''Leonore'', llama mi hermano mientras nos alejamos de la casa. ''No te olvides del testamento'', dice, y yo simplemente le enseño el dedo medio, mientras oigo un bufido de fondo.
Poco a poco nos fuimos alejando del pueblo y pude notar cómo Walter quería preguntar cosas, pero se mantenía callado, respetando mi privacidad. Cuando ya estábamos lejos de la manada, vi que abrió la boca para hacer la pregunta.
''¿Quién era el que te agarró la muñeca?'' pregunta mientras se acerca un poco más a mí ''¿Y a qué se refería con testamento?'' añade mientras me mira de reojo.
Me quedé unos minutos en silencio antes de responder. ''El chico ese que estaba con el cachorro era Dylan, también conocido como la aberración de la manada, también conocido como mi ex pareja'' digo mientras sigo caminando hasta que de lejos empiezo a ver la cabaña. ''Y a tu segunda pregunta, yo misma tendría que mirar lo que ponía en el testamento, pero lo ignoraré completamente si tiene algo en relación con esa manada'' añado y le doy una pequeña sonrisa.
Llegamos a la casa y vi a Ty tumbado en el sofá descansando. Me giro hacia Walter y le hago señales con la mano para que se vaya.
''Creo que ya hemos pasado mucho tiempo juntos, creo que ya va siendo hora de que vuelvas a tu casa'' digo y le hago un ademán con la mano.
Walter agarra mi mano y la acaricia con su pulgar en la palma de mi mano. Dejo que lo haga, pues a mi loba le está gustando mucho el contacto físico que hay entre nosotros.
''Mis padres me han preguntado si quieres venir mañana a comer a nuestra casa, quieren conocerte'' dice mientras mira nuestras manos juntas ''Puedes rechazar la invitación y que sea otro día, tú eliges'' añade y me mira a los ojos.
Me quedé pensando un poco, para luego asentir con la cabeza. ''Mañana estaré en la frontera de tu territorio'', digo, y luego rompo el contacto físico para empezar a caminar hacia la puerta. ''Estaré allí a las 12:40'', añado antes de entrar a la casa.
Esa noche, mientras estaba en mi habitación, mi mente estaba llena de pensamientos sobre Walter y el inesperado giro que había dado mi día. Me preguntaba cómo sería conocer a su familia y cómo se desarrollaría nuestra relación.
El sol se alzaba lentamente al día siguiente, y yo me preparaba para el encuentro con los padres de Walter. Me puse unos pantalones y una camisa blanca algo sencillo pero elegante, tratando de lucir presentable y a la altura de la ocasión.
Al llegar a la frontera del territorio de la manada del Sur, vi a Walter esperándome con una sonrisa cálida en su rostro. Sus ojos verdes brillaban bajo los rayos del sol, y su pelo castaño resplandecía.
''Hola'', dice con una voz suave mientras se acerca a mí. ''Me alegra que hayas venido'', añade con sinceridad.
''Hola'', respondo. ''Gracias por invitarme''.
Caminamos juntos hacia su casa, y mientras avanzábamos, me explicaba más sobre su familia y la dinámica de su manada. Mientras me lo explicaba analizaba el alrededor de su pueblo
Poco a poco nos fuimos acercando a una casa rústica, una pequeña masía que se encontraba un poco alejada de las viviendas principales. Walter se adelantó primero y entró a la casa, probablemente para avisar a toda su familia de nuestra llegada.
Con paso tranquilo, entré lentamente a la casa y fui recibida por una señora de no más de 50 años, que a primera vista parecía muy agradable y simpática. A su lado, había un hombre que era una copia mayor de Walter.
''Leo, ellos son mis padres, Richard mi padre y Emma mi madre'', dice Walter mientras nos presenta. ''Padres, ella es Leo'', añade mientras les dedica una pequeña sonrisa.
Ambos padres me saludan con una cálida sonrisa y me invitan a entrar en su casa. Desde lejos, pude ver a dos personas jugando en el patio.
''El pequeño es Christian y la que está a su lado es Noah, mi hermana'', susurra Walter mientras me guía hacia el comedor. ''Luego te los presento'', añade y me lleva a la cocina, donde se percibía un olor exquisito.
Asiento con la cabeza y permito que me guíe por toda su casa, mostrándome los lugares donde había crecido durante toda su infancia. Con gran entusiasmo, me cuenta anécdotas y aventuras que había vivido en ese lugar.
Siguiente actualización el 31/07/2023
Me tomare el finde para avanzar y dejarlo preparado para ese día
Disfruten del finde
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Los Alphas
WerewolfElla era una Alpha, despreciada por su pareja y expulsada de la manada. Sus únicos amigos eran vampiros, y su nombre resonaba entre todos los seres vivos, infundiendo temor en cada criatura. Él, en cambio, era un Alpha adorado por todos, uno de los...