CAPÍTULO 9. SORTILEGIOS WEASLEY

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-Realmente no tenemos mucho tiempo -dijo la Señora Weasley– Solo echaremos una rápida mirada y volveremos al automóvil. Deberíamos estar cerca, el número noventa y dos… el  noventa y cuatro…

-Guau… -dijo Ron deteniendo sus pasos. 

Sobre la vidriera, los carteles de la tienda se destacaban de los de alrededor,  las ventanas de Fred y George lastimaban la vista con una exhibición de fuegos artificiales.

Había un cartel gigantesco, púrpura como los del ministerio, con las letras amarillas que centelleaban:

¿POR QUÉ TE PREOCUPAS POR QUIEN-TU-SABES?

¡DEBERÍAS PREOCUPARTE POR QUE-NO-HACES!

¡LA SENSACIÓN DE CONSTIPACIÓN QUE PERTURBA A LA NACIÓN!

-¡Los  asesinarán en sus camas--! susurró la señora Weasley, con horror, mientras Harry reía, Sky y Hermione negaban con la cabeza.

-¡No harán eso! -dijo Ron riendo- ¡Esto es genial!

Entraron a la tienda, estaba tan repleta de clientes: estaba el surtido salta clases, el Turrón de Hemorragia nasal era el más popular, había arcas llenas de varitas mágicas de mentira, las más económicas eran los que se convertían en pollos de goma o pares de calzoncillos cuando eran agitadas, las más caras hacían que al usuario imprudente se le enredaran alrededor de la cabeza y el cuello, y las cajas de plumas, que corregían ortografía, inventaban una respuesta inteligente o se recargaban de tinta solas.

-Encantamiento de ‘soñar despierto’ patentado… -dijo Hermione, mientras leía la información en la parte posterior de una caja-  Un simple encantamiento y usted llegará a la cumbre de la felicidad, muy realista, el ensueño de treinta minutos, fácil para utilizar en la mitad de una lección escolar y virtualmente indetectable (los efectos colaterales incluyen una expresión distendida y babeado menor). No se vende a menores de seis años.

-¡Sabes -dijo Hermione dirigiéndose a Harry y Sky- Realmente esta magia es extraordinaria!

-¡Te dije que eran brillantes! -le contestó Sky con una sonrisa, antes de que Hermione pudiera decir algo más escucharon la voz de Fred.

-Por eso, Hermione -dijo Fred que estaba detrás de ellos- Puedes tener uno de esos gratis.

Un Fred radiante estaba de pie ante ellos llevando una túnica de color magenta que combinaba magníficamente con su cabello rojo encendido.  

-¡Freddy! ¡Te extrañe! -le dijo Sky mientras se lanzaba a su brazos, Fred le dio unas pequeñas vueltas mientras repartía besos en su cara.

-¡Te extrañe más, Rubia! ¿Qué tal la ves? -dijo Fred, refiriéndose a la tienda, mirando con adoración a Sky.

-Solo puede verla en la inauguración, pero esto es… ¡Wow! ¡Sin palabras! Siempre supe que podrían con esto,  es increíble —dijo Sky dando pequeños saltitos, que hicieron reír a Fred.

-¡Por eso todo lo que veas es gratis para ti! ¡Te amo, mi pequeña Rubia! -exclamó mientras la abrazaba de nuevo, en eso volteo con Hermione y Harry.

-¿Cómo estás, Harry? –preguntó Fred, estrechando sus manos- ¿Qué le ha pasado a tu ojo, Hermione?

-Me golpee con SU telescopio golpeador -dijo tristemente.

-Oh, cielos, me olvidé de ésos - dijo Fred- Aquí tienes.

Fred sacó un frasquito de su bolsillo y se lo dio; ella lo abrió  con cautela para encontrar una espesa pasta amarilla.

–Solo aplícalo sobre lo morado, se habrá ido dentro de una hora -dijo Fred- tuvimos que encontrar un removedor decente de golpes. Estamos probando la mayoría de nuestros productos en nosotros mismos.

SKY SWIFT Y EL PRÍNCIPE MESTIZO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora