Desaparecida

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-¿Qué mierda ha pasado? -grita un guardia de la cabina-.

-Alguien ha pisado la línea amarilla - dice otro de los guardias-.

-¿Habrá sido un ladrón? -dice el otro-.

-No tengo ni idea, después de lo de Doña Elsa, no sé que esperarme.


Mientras tanto dentro de Palacio:

-¡Guardias! ¿Qué ha ocurrido? -pregunta desesperado Don Agustín, el Rey-.

-Hemos oído gritar a una mujer y poco después alguien pisó la línea amarilla y escapó del jardín -contesta un guardia de la sala principal-.

-¿Y Áine? ¿Dónde está mi hija? -pregunta aún más desesperado su Alteza-.

-Debería estar en su cuarto, no hemos mirado todavía.

-¡Y a qué esperáis! -el Rey sale corriendo a la habitación de su hija-.

  

-¡Áine! Cariño, dime que estás ahí dentro-.

Nadie responde.

Como nadie responde, el Rey decide entrar. 

No hay nadie, por lo que Don Agustín decide dar voz de alarma.

Todos en el país se enteran de lo sucedido y al día siguiente toda la prensa Adelidiana tiene como portada el coma de la Reina y la desaparición de la Princesa. Todos en Palacio están desesperados por la Princesa Áine, entre el coma de Doña Elsa y su desaparición, está todo el país consternado. Nadie sabe quién pudo haber secuestrado a la Princesa, o si el coma de su madre tiene algo que ver con el hecho. Lo único que queda es esperar a ver si la Princesa aparece, o si alguien anónimo pide dinero para el rescate.




En otra parte de Adelide...



-Chico, ¿ya has quedado con ella? 

-Sí, en los parques nacionales.

-Bien hecho, vamos a ver de lo que es capaz nuestra Princesita...

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