Confío en ti

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-¡Alteza! -exclama Marcus- la Princesa ha contactado conmigo, dice que la tiene encerrada un chico que supuestamente es el hijo del hombre que se interpuso en el matrimonio.

-Oh no... su padre ha escapado de prisión. Hablaremos con la Policía. Cada vez estoy más cerca de que vuelva.



-¿Dónde la has escerrado?

-En el baño del patio.

-Buen sitio, ahora solo queda....

Llaman a la puerta.

-Policía Nacional, ¿podemos pasar?

-Mierda, lo sabía -dice su padre-.

-Rápido escóndete -dice Alex en voz baja- sí, ya va.

-Buenos días, estamos buscando a Áine de Adelide, ¿la conocerá, no?

-¿La Princesa? Obviamente, pero ¿por qué la están buscando? ¿ha desaparecido o algo?

-Sí. Se produjeron varios ruidos en Palacio y la Princesa ya no estaba en su cuarto. Creemos que la han secuestrado los mismos que le causaron el coma a Doña Elsa.

-Ah, cierto. Pobre señora, su familia lo debe de estar pasando fatal.

-Sí... Bueno si no le importa, querríamos echarle un vistazo a la casa.

-Em, sí, claro. Estoy solo, mis padres han ido a visitar a un familiar que está mal.

-No importa, solo queremos mirar la casa. ¿Es mayor de edad no?

-Sí.

-De acuerdo, con su permiso -entran-.

-Adelante... -dice Alex, con un tono de preocupación-.


Los policías entran en la casa. Buscan, y la Princesa hace ruido para que la oigan

-¿Has oído eso? 

-Sí... suena a una chica.

-¡Socorro! ¡Auxilio! -exclama la Princesa-.

-¿¡Princesa!? ¿¡está usted encerrada!?

-¡Socorro!

Los policías tiran la puerta del cuarto del patio abajo, y encuentran a la Princesa sentada y con un esparadrapo en la boca. Los policías la sacan y la llevan a la puerta principal.

-Queda usted detenido por secuestro -sentencia el policía.

-¡Yo no la he secuestrado! ¡Ha venido ella por que quiso! -reclama Alex-.

-Eso es cierto, policía... pero yo no sabía donde me metía... sé que me dijeron que no hiciera ninguna tontería y que tuviera cuidado, pero yo no creí que él fuera una amenaza...

-Princesa, él irá a prisión. Usted no se disculpe de nada, de usted ya se encargará su padre, que seguro que sabrá mejor que hacer con su caso. Nos lo llevamos.


Llevan a la Princesa de vuelta a Palacio, y su familia la acoge, pero no podrá salir más que en los eventos públicos. Su madre sigue en coma y Alex está en prisión por secuestro.




-Se han llevado a mi hijo... todo es culpa mía. Pero esto no quedará así, por que tú me ayudarás, ¿verdad?

-Sí, señor...

-Sé que te costará, pero confío en ti, Marcus.












¿Continuará?

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