Cap 24- Batalla Legal Comienza

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Los días siguientes estuvieron llenos de reuniones con abogados, documentos legales y preparativos para la batalla por la custodia. La madre de Tate, una mujer que Fiddelford apenas reconocía después de tantos años, había regresado con una aparente nueva vida, y estaba decidida a llevarse a Tate con ella.

—Ella no tiene derecho a hacer esto —dijo Stanley en una de las reuniones con su abogado, su voz cargada de frustración—. No puede simplemente desaparecer por años y luego aparecer como si nada, esperando que todo le sea dado.

El abogado asintió, aunque su expresión era cautelosa.

—Tienen un caso sólido, pero no será fácil. La ley tiende a favorecer a los padres biológicos, especialmente a las madres, si pueden demostrar que han cambiado y están en condiciones de cuidar al niño.

Fiddelford se mordió el labio, sintiendo una mezcla de rabia y desesperación. Durante años, él había sido el único apoyo de Tate, el único que había estado para él en todo momento. Pero ahora, todo eso estaba en riesgo.

Mientras tanto, Tate comenzaba a notar la tensión en su casa. Aunque Stanley y Fiddelford intentaban protegerlo del estrés, era evidente que algo estaba mal. Una tarde, Tate se acercó a Fiddelford mientras él estaba en su estudio, revisando papeles legales.

—Papá... —dijo Tate, con una mirada preocupada—. ¿Por qué estás tan triste últimamente?

Fiddelford sintió que su corazón se rompía. No podía mentirle a su hijo, pero tampoco quería cargarlo con algo tan grande.

—Es... complicado, cariño —dijo Fiddelford, arrodillándose para estar a la altura de Tate—. Pero quiero que sepas que pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti. Siempre serás lo más importante para mí.

Tate lo miró, con ojos grandes y llenos de confianza.

—Yo también te quiero, papá —respondió con suavidad, abrazándolo—. Y también quiero mucho a Stanley. Somos una familia, ¿verdad?

Fiddelford sintió que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos, pero asintió.

—Sí, pequeño. Somos una familia.

Entre Susurros y Besos-fiddlestanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora