A la mañana siguiente Isabella se levantó muy feliz , lo primero que iso fue correr y abrazar a sus padres .Era Domingo y la familia estaría en casa todo el día .
_ Buenos días Mami _ dijo Isa a la rubia dándole un abrazo
_ Buenos días Cielo _¿como amaneció mi princesa ?
_ bien mami
_ que bueno mi amor _ ve a saludar a papá ándale
Isa hiso lo que la rubia le pidió y fue a saludar a su padre quien la esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa encantadora .
Isabella corrió hacia su padre, sus pequeños pasos resonando en el cálido suelo de madera. Al llegar, Luis se agachó para recibirla en un abrazo que la levantó del suelo.
—¡Buenos días, princesa! —dijo él, dándole un beso en la frente mientras la envolvía en sus brazos fuertes y protectores.
—Buenos días, papi —respondió Isa con su vocecita tierna, mientras apoyaba su cabecita en el hombro de su padre.
Luis la balanceó suavemente antes de soltarla. Luego la miró con una sonrisa divertida.
—¿Y cómo despertó mi pequeñita hoy?—¡Muy feliz! —respondió Isa con entusiasmo, moviendo sus manitas en el aire.
Luis soltó una carcajada y luego le guiñó el ojo.
—Eso es lo que quiero escuchar. Ahora, ¿adivina qué?Isa abrió los ojos emocionada.
—¿Qué, papi?—Hoy tenemos todo el día para hacer cosas juntos. Tú decides qué haremos primero.
Isa aplaudió con emoción y miró rápidamente a su alrededor. La casa estaba llena de luz que se filtraba por las ventanas, y la tranquilidad del domingo parecía envolverlos. Corrió hacia la cocina, donde Altagracia estaba preparando café, y se detuvo en la puerta.
—¡Mami, papi dice que puedo decidir qué hacemos hoy!
Altagracia se giró con una sonrisa mientras colocaba la cafetera sobre la mesa.
—¿En serio? Entonces tendremos que seguir tus órdenes, princesa.Isa pensó por un momento, llevándose un dedito a los labios.
—¡Quiero que juguemos a los colores afuera!Luis y Altagracia se miraron con ternura. No había nada más importante que esos momentos en familia, y sabían que Isabella los atesoraría para siempre.
—¡Colores afuera será entonces! —respondió Luis, levantándose. Miró a Altagracia y le extendió la mano.
—¿Qué opinas, amor?—Creo que es una idea perfecta —respondió ella, dejando la taza a un lado y tomando la mano de su esposo.
Juntos, los tres salieron al jardín, donde el día recién comenzaba a desplegar su esplendor. Isa corría por el césped con una risa contagiosa, mientras sus padres la seguían con sonrisas cómplices.
Eran las 8:30 de la mañana cuando Matías comenzó a moverse en su cuna, emitiendo pequeños sonidos que anunciaban que estaba despertando. Luis, quien aún tenía a Isabella en brazos, notó el movimiento desde el salón y se levantó con cuidado para ir a buscarlo.
—Ya despierta el pequeño rey —anunció con una sonrisa mientras caminaba hacia la habitación del bebé.
Al llegar, encontró a Matías con los ojitos entrecerrados, estirando sus bracitos y soltando un leve balbuceo. Luis se inclinó para recogerlo, lo sostuvo con ternura y besó su mejilla regordeta.
—Buenos días, campeón. ¿Dormiste bien? —le dijo en voz baja mientras Matías lo miraba, aún algo adormilado.
Altagracia, quien había salido al jardín con Isa, escuchó la voz de Luis y decidió entrar. Al ver a Luis cargando a Matías, se acercó y acarició la cabecita del bebé.
—Mi amor, ven, vamos a cambiarle el pañal y darle su leche antes de que empiece a quejarse.Luis asintió y los tres fueron juntos al cuarto de Matías. Mientras Altagracia lo cambiaba, Luis entretuvo al bebé con muecas y sonidos graciosos que hicieron reír al pequeño. Isa, que no quería quedarse fuera, entró corriendo al cuarto.
—¡Papi, yo también quiero jugar con Mati! —exclamó, subiendo a la cama y sentándose junto a su madre.
—Con cuidado, Isa —le advirtió Altagracia con una sonrisa mientras le ponía la pijamita limpia a Matías.
Una vez listo, la familia se dirigió al comedor para desayunar. Eran ya las 9:00 a.m., y Altagracia sirvió un desayuno sencillo pero delicioso: huevos revueltos, tostadas con mantequilla y un vaso de jugo fresco para Isa. Matías tomó su biberón, cómodamente instalado en los brazos de Luis, mientras este bebía su café.
—Hoy será un día especial —dijo Luis, mirando a su familia.
—¿Por qué, papi? —preguntó Isa con curiosidad, llevándose un pedazo de tostada a la boca.
—Porque estaremos juntos todo el día, princesa. Y tú eres la que manda.
Isa sonrió ampliamente, emocionada por tener el control de las actividades del día. Terminó su desayuno rápidamente y, como era costumbre, pidió ayuda a su mamá para limpiar su lugar en la mesa.
—Gracias, mi amor, por ser tan ordenada —le dijo Altagracia mientras le daba un beso en la frente.
Luis, mientras tanto, se encargó de llevar a Matías al jardín, donde colocó una manta en el césped y dejó al pequeño explorando con sus juguetes. Isa no tardó en unirse a su hermano, llevando consigo un par de peluches.
—Mami, papi, vamos a jugar a los colores ahora —anunció Isa mientras señalaba el pequeño set de pinturas que habían dejado en una mesa junto al jardín.
Luis y Altagracia se miraron con complicidad. Era una tradición familiar que disfrutaban los domingos: pintar al aire libre mientras Isa daba órdenes sobre qué dibujar.
—Está bien, mi cielo. ¿Qué quieres que pintemos primero? —preguntó Luis, tomando una hoja de papel y una brocha.
—¡Un arcoíris! Pero grande, grandísimo, para que Matías lo vea también —dijo Isa con entusiasmo.
Así comenzó la actividad. Isa se encargaba de distribuir los colores, mientras Altagracia pintaba detalladamente las nubes y Luis se dedicaba a las franjas del arcoíris. Matías, por su parte, parecía fascinado observando los colores brillantes y tratando de atrapar el pincel que Isa agitaba cerca de él.
Después de un buen rato de risas y manchas de pintura en las manos, los brazos y hasta en las mejillas, Altagracia sugirió un descanso. Eran casi las 11:30 a.m.
—¿Qué les parece si preparamos algo de comer juntos? —propuso mientras recogía los materiales.
Isa asintió emocionada.
—¡Quiero hacer galletas!Luis rió al escucharla.
—Galletas para el postre suena perfecto. Pero antes, hagamos algo más fuerte para el almuerzo, ¿te parece?—¡Sí! Pero yo voy a ayudar a revolver —insistió Isa, corriendo hacia la cocina.
La familia pasó el mediodía cocinando juntos. Isa se encargó de mezclar los ingredientes para las galletas, mientras Luis cortaba verduras para la ensalada y Altagracia preparaba una pasta con salsa de tomate casera. Matías permaneció en su sillita alta, disfrutando de trocitos de fruta que Altagracia le daba de vez en cuando.
Finalmente, a la 1:00 p.m., se sentaron a almorzar. La mesa estaba llena de risas, anécdotas y pequeñas travesuras de Isa, que insistía en probar la pasta con las manos para mostrársela a Matías.
Por la tarde, el clima seguía agradable, así que decidieron salir a caminar al parque cercano. Luis empujaba la carriola de Matías, mientras Isa saltaba entre los charcos que quedaban de una lluvia reciente. Altagracia, caminando al lado de Luis, no podía evitar sonreír al ver a su familia tan feliz.
Al regresar a casa al caer la tarde, encendieron una película animada y disfrutaron de las galletas que habían horneado juntos. Isa se acurrucó entre sus padres, mientras Matías dormía tranquilamente en su cuna.
Eran cerca de las 9:00 p.m. cuando Isa bostezó por primera vez, y Altagracia supo que era hora de ir a la cama. Después de una ducha rápida y un cuento de princesas, Isa se quedó dormida abrazada a su peluche favorito, mientras Luis y Altagracia se aseguraban de que todo estuviera listo para el inicio de una nueva semana.
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Hola mis amores ,voten y comenten si les gusta .
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A Través De Las Estrellas 🌟
AcakAltagracia y José Luis defienden su amor a pesar de todo y forman una bonita familia tienen 3 hijos a lo largo de los años ,pero una Horrible tragedia los separa para siempre .