"A veces, sólo sientes algo por su ausencia. Por el vacío que deja detrás."
Paso, paso, paso.
El chico daba pasos muy cortos, rápidos, como si tuviera prisa- o como si estuviera huyendo de algo.
Gerard no podía imaginar de qué estaría huyendo alguien como él. De la lluvia, tal vez. Porque su cabello lucía grasoso, opaco aun en la nublada luz nocturna, respiraba a compás de sus pasos rápidos, sus hombros se sacudían cada tanto. Estaba temblando. Ni siquiera alzó la mirada, siguió adelante, ni siquiera se presentó, ni siquiera habló.¿Acaso no parecía un poema andante?
"Soy Gerard." Dijo el más alto, mirando ligeramente hacia abajo. Él guardaba sus manos heladas en los bolsillos, con fuerza, guardando un paquete imaginario que amenazaba con caerse si no lo resguardaba.
"Frank." Respondió. Más un suspiro que una respuesta en forma, a Gerard le dio la impresión de que no quería decirle su nombre, el hacerlo significaba que había perdido la batalla, ahora sólo le quedaba aceptar un sándwich de su parte.
Frank era un buen nombre, supuso. Lo primero que venía a su cabeza cansada era un leñador; con hacha, cabaña, un gran carro y un perro bravo y peludo. Después, sin embargo, miraba hacia su derecha y se topa con el esquelético poema húmedo, caminando con ojos hundidos y labios apretados.Una vez frente a su casa, extendió la mano, para cortarle el paso al otro, y que no siguiera con su paso apurado hasta el final de la cuadra. Frank asintió. Dejó que Gerard asumiera su papel de anfitrión desde el umbral de su puerta, poco importó su caja remojada o su cactus ahogado. Puso pies dentro de la casa, el invitado lo siguió.
En cuanto puso manos sobre el interruptor recordó que no había luz. Resopló. Sentía la presencia de Frank detrás de él, de seguro aún tenía las manos en las bolsas de su sudadera, no podía decir mucho- no era una presencia agradable. No le costaba admitirlo ya que, bueno, lo acababa de conocer, gritó, él también y ahora comerían un bocadillo de media noche en su cocina oscura y gélida. Pero fuera de eso, él también se sentía gélido. Congelado, y triste y desolado, resumiéndolo en pocas palabras como el personaje principal de algunas películas de terror.
¿Ese chico retorcido con un oscuro pasado que termina volviéndose sobre él? Algo por el estilo.Claro que Gerard no sabía nada de esto.
Sólo supuso.
Caminó hacia la cocina, murmurando un pequeño "es por aquí" en dirección a Frank, que tampoco se molestó en asentir esta vez. Simplemente lo siguió.
Gerard abrió el refrigerador, sabiendo de memoria dónde estaba el jamón, la mayonesa y el tomate viejo que su hermano había comprado hacía ya dos semanas."¿No deberías estar dormido, Gerard?" Preguntó Frank. Había decidido sentarse en la mesa al centro de la habitación, si él no lo hacía por sí mismo, tarde o temprano lo invitarían a hacerlo, era cuestión de adelantarse.
Se limitó a sentarse, impotente como siempre, mientras su más reciente conocido rebuscaba entre sus gabinetes, en búsqueda del pan. No lo culpaba, estaba oscuro, a penas y podía ver sus manos. El brillo tímido de la luna se reflejaba sobre las baldosas del suelo, regalándole sólo un vistazos de los pies y la mitad de las piernas de Gerard, lo demás permanecía como una vil silueta.
"La verdad, no." Dijo, despreocupado. "Acaban de despedirme en la mañana, y aunque no lo hubieran hecho, hace bastante no duermo durante las noches. Esta no habría sido la excepción. Tener insomnio puede ser una mierda."
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Insomnio -Frerard-
FanfictionACTUALIZACIONES LENTAS Gerard no podía dormir, y Frank no quería hacerlo. El miedo a que sus pesadillas se hicieran realidad, otra vez, era demasiado. - -Contenido homosexual, sacado de mi cabeza, mis ideas, cualquier parecido con la realidad o otra...