Kyman
Era el mejor en lo que hacía, el único en su clase y el más prestigiado no solo del condado, sino, de todo el estado. Su reconocimiento lo llevo a conocer varias personas de alta alcurnia que se convirtieron algunos en socios y otros en amigos, tal era su fama que todos deseaban contraer matrimonio solo para que él, Eric Cartman, fuese quien organizara la boda.
En su repertorio de bodas no había ninguna que flaqueara por poco interesante, cada boda era mejor que la anterior y era imposible discutirle cuando hacía de un cuarto enorme de color blanco hueso un hermoso salón decorado con rosas y candelabros.
El aclamado organizador de bodas se adaptaba de manera muy orgánica a sus clientes, permitiéndole realizar cualquier tipo de boda con cualquier temática sin complicarse casi nada. Todos los que lo conocían quedaban maravillados con cada uno de sus trabajos incluso si no eran de sus mismos gustos.
Solo él podía hacer algo así.
– ¿Entonces sí organizaras mi boda?
– Carajo, Butters, tienes suerte de ser mi mejor amigo. – El castaño mejor amigo del rubio chasqueo. Llamo a un número y luego de hablar un momento finalizó la llamada.
El rubio estaba feliz, su hermano iba a organizar su boda, el mejor organizador del país aceptó ayudarlo cuando ni lo solicitó con anticipación. Se sentía el hombre más afortunado del mundo.
– Gracias, Eric. – Dijo abrazando al bajo.
– Esto no te saldrá gratis, tu marido me regalara un boleto de avión a Canadá.
Butters asintió sin romper el abrazo, su prometido era dueño de una aerolínea muy bienquista del país y él dueño de un burdel bastante conocido en su ciudad.
– Ya suéltame, pensaran que soy marica como tú. – El narcisista se quejó entre los brazos del rubio alto separándose al instante.
– Oh Dios, estás casado con Kyle y tienen tres hijos, eso te hace más marica que yo.
En eso, un automóvil negro se estaciono frente a la cochera de su casa. De allí salió un pelirrojo alto de rizos definidos y nariz de gancho. Características que a su prometido le encantaban y eran de lo primero que se fijaba siempre.
– Genial, ya lo invocaste. – Escucho la puerta abrirse y miro a su esposo entrar.
– Hola, mi vida. – El pelirrojo saludo a Eric con una sonrisa, dándole un beso en la frente cuando estuvo cerca. – Qué tal, Butters.
El rubio devolvió el saludo con cortesía. – Hola.
– Los niños se quedaran en la casa de mis padres.
Cartman asintió, el pelirrojo se quitaba su saco y lo dejaba sobre un perchero mirándolo atentamente. Butters supo que era momento de irse.
Kyle rio jocosamente viendo como su rubio amigo caminaba con prisa despavorido hacia la puerta, era gracioso que los conociera tan bien que supiera que sin los pequeños en casa Cartman y él querrían aprovechar muy bien el tiempo.
– ¿Qué estaba haciendo tan tarde? – Inquirió el judío.
Eric hizo una dulce sonrisa recordando la visita de su amigo.
– ¡Kenny y Butters contraerán matrimonio y Butters me pidió que organizara la boda!
Broflovski se alegró por la noticia abrazando a Eric y alzándolo, sus amigos llevaban tiempo de enamorados, incluso más que ellos y por fin decidieron dar el siguiente paso.

ESTÁS LEYENDO
Un Cartman para llevar
FanfictionDónde Eric nunca deja de ser protagonista. Compilación de One shots con mis pasivos favoritos, Eric Cartman, Gary Harrison, Tweek Tweak, Wendy Testaburger, etc. Recurrencia al Kyman y menciones de otras ships con el culón.