TEEN WOLF | 𝐾𝐴𝑁𝐼𝑀𝐴 |

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AL DIA SIGUIENTE UNO DE LOS CAZADORES LA LLEVO A SU CASA DESPUÉS de torturar su mente y cuerpo por algunas horas más. Sin piedad alguna la lanzó a la banqueta.

Gaia entro a su casa abrazando su cuerpo, refugiando sus pocas fuerzas para poder llegar hasta su habitación donde podría empezar a odiarse por completo. Abrió la puerta de su habitación; desolada y marchita, triste. Cerró la puerta detrás de ella una vez que entró por completo a su refugio.

Con desesperación se metió a la regadera, mojando todo su cuerpo y ropa, la sangre seca empezó a desprenderse de su cuerpo. Fue ahi cuando se permitió llorar, sollozar y gritar. Con coraje empezó a golpear la pared, dañando sus nudillos en el proceso.

¿Por qué permitió que le pasará eso?

-Estupida.- jalo su cabello con odio.- Maldita idiota.- se insultaba sin cansancio.

Al terminar de bañarse por completo, borrando rastro alguno de la sangre y de curar sus heridas, aún se sentía asquerosa. Podía sentir las manos de aquellos hombres sobre su cuerpo, tenía asco.

Se dejó caer sobre su cama abrazando sus piernas, llevando sus rodillas a su pecho. Escuchó que la puerta principal se cerraba y el característico olor mentoso de su hermano invadió su nariz.

-Ya te lo dije, ella no llego ayer.-la voz de Stiles estaba llena de preocupación.

-Llegara en algún momento, solo está molesta por lo que dijo Erica.-

-La conozco bien, Scott. Ella nunca haría algo así.- le molestaba como toda la manada le había dado la espalda a la rubia, tomando a la ligera su desaparición.

-Stiles, quedé con Allison, te llamo luego.- indignado miró la pantalla de su celular al darse cuenta de que el moreno colgó la llamada.

El pálido detuvo sus pasos frente la puerta de la habitación de su menor. Con mucho cuidado abrió la puerta, asomando su cabeza. La imagen frente sus ojos lo desconcertó.

Su rubia hermana estaba con la mirada perdida en el piso, abrazaba sus piernas y sus ojos eran un mar de lágrimas. Lágrimas silenciosas y cargadas de rabia dolorosa.

-Gaia- la llamo. Al no recibir ni una sola señal de ser escuchado caminó hasta la chica.- ¿Dónde estabas?- cuestionó dejando descansar su mano en el hombro de la menor.

-¡No me toques!- el pecoso retrocedió dos pasos ante el grito aterrado de la chica.

-¿Qué carajos te paso en la cara?- abrió sus ojos nervioso ante el labio partido y pómulos morados de la chica.

-¡Alejate!- retrocedió aterrada sobre su cama hasta topar con pared.-Alejate.- soltó en un ahogado murmullo.

-Bien, está bien.- Mantuvo su distancia mostrando sus manos en alto.- ¿Qué te paso?- al notar como la menor volvía abrazar sus piernas intentando esconderse algo dentro de él revolvió su estómago.

-nada.- negó con un enorme nudo en la garganta.

-Oye, estás bien. Ahora estás conmigo y voy a protegerte, siempre.- la rubia negó.-Gaia ¿Qué pasó?- suavizó su tono de voz.

-No quiero recordarlo, Stiles.- su corazón se encogió de dolor al verla tan vulnerable.- Ellos son asquerosos.-

-¿Ellos?- la vio asentir bruscamente.- ¿Quienes?

-No sé quiénes eran, Pero Gerard estaba ahí, es fue el que dió la orden y...- puso sus manos sobre su boca impidiendo que los sollozos se escucharán.