23. Engancharse.

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23. Engancharse.

Imaginaba que los labios de Travis serían duros y feroces, que lo fueron, pero la sensación que estos produjeron sobre los míos fue mucho mejor de lo que podía haber imaginado. Odiaba admitirlo, pero mientras sus manos fueron a mi cintura para agarrarme y llevarme a sentarme sobre su regazo, ni por un momento había pensado en separarme de él, ni los siguientes momentos que pasó acariciando mi labio inferior con su lengua, o mordiendo este segundos después... Pero en el momento en el que sin querer, mi espalda produjo el sonido del claxon al haberla apollado contra el volante, Travis rió sobre mis labios mientras me separaba de él.

—Esto significa que no me estaba inventando la química que había entre nosotros. —Fueron las palabras que pronunció mientras me miraba fijamente y mordí mi labio, ¿por qué sentía que algo tan malo, como era besar a Travis, se sentía tan bien?

—Nunca la negué.

—Bueno, la infinidad de veces que me mandaste a la mierda o me echaste de tu vida, me dio qué pensar, sinceramente —pronunció con diversión y golpeé suavemente su hombro, aún manteniéndome sobre su regazo en el asiento del conductor—. Si llego a saber que nuestro primer beso sería aquí, habría cambiado las fundas, son horribles —volvió a bromear y yo volví a reír.

—¿Primer beso? ¿Acaso crees que habrá más? —Travis se inclinó hacia mí, besando mis labios unos segundos, para separarse con una sonrisa pícara.

—Bueno, este ya es el segundo. —Guardé silencio y me miró con confusión y una pizca de preocupación en su rostro. —No me gusta cuando te quedas callada, quiero saber lo que pasa por tu mente.

—Pienso que no tengo ni idea de lo que significa esto para nosotros, y que tengo miedo de que juegues conmigo —comencé a decirle todo lo que pensaba hasta que fui interrumpida por su voz.

—Analizas demasiado las cosas, Jordan, ¿por qué no solo puedes dejarte llevar? Vamos, danos una oportunidad. —Le miré indecisa y, a pesar de saber que aquello me llevaría a mi propia destrucción, acepté.

(...)

Me encontraba tumbada en mi cama con Travis sobre mí besándome, sus manos se encontraban haciendo presión sobre el colchón y su lengua jugando con la mía mientras de vez en cuando rozaba nuestros cuerpos llevándome casi al delirio. Aquellos últimos meses habían sido sido, nos veíamos algunas veces a la semana y pasábamos tiempo juntos, ya fuese cuando mis padres no estaban en casa, en su apartamento, en la playa... Incluso había empezado a aprenderse el nombre de las constelaciones.

—Esta noche hay una fiesta —me hizo saber mientras bajaba sus besos a mi cuello y su mano se encontraba acariciando mi cintura.

—Ajá.

—Quiero que vengas —afirmó para dedicarse a morder y lamer una parte de la piel de este, provocando que un gemido se escapase de mis labios.

—No puedo, Trav —contesté en un susurro pues su cara se movió hasta el centro de mis pechos, dejando pequeños besos allí.

—¿Por qué? —Me miró desde allí, dedicándome una de sus características sonrisas cuando quería conseguir algo y rodé los ojos con frustración.

—Hoy se supone que tendríamos una noche familiar, y mi hermano ya se ha pirado con los amigos, no puedo fallar a mis padres.

—Vamos, solo será un... —Comenzó a hablar cuando la puerta de casa se abrió abruptamente dejándome escuchar unas voces que sonaban demasiado alto como para tratarse de una conversación. Mis padres ni siquiera habían terminado de volver de la compra y ya se encontraban gritándose de aquella manera que estaba acostumbrada. Escuché como la puerta fue cerrada con brutalidad y un grito de reclamo de mi madre me hizo mirar a Travis con alerta.

—¿Sabes qué? Vámonos —le dije al rubio mientras me incorporaba en la cama, intentando no mostrar lo que me devastaban ese tipo de escenas de mis padres a pesar de que estaba acostumbrada a ellas desde hacía tiempo.

—¿Y qué pasa con la noche familiar? —Travis quiso saber, no preguntándome sobre los gritos o la escena que estaba llevándose acabo en la planta de abajo.

—No voy a quedarme para vivirla —sentencié y me acerqué al armario para meter la ropa que me pondría aquella noche junto a un par de tacones en jna mochila y la colgué en mi hombro para acercarme al balcón y bajar, tal como estaba acostumbrada a hacer y Travis ya había hecho.

(...)

—¿Qué estaba pasando ahí, Jordan? —Fueron los palabras de Travis cuando entró en el baño de su apartamento en el cual yo estaba duchándome antes de ir a la fiesta.

—Nada —dije por encima del sonido del agua.

—No puedes decirme que dos personas estaban discutiendo de esa manera en tu casa y eso es nada —contratacó y dejé caer mis manos, que se encontraban enjuagando mi pelo, a los lados de mi cuerpo.

—Eran mis padres.

—Lo he supuesto... ¿Están teniendo problemas? —quiso indagar y terminé de aclararme el cuerpo para sacar la mano de la ducha y coger la toalla que había puesto en el lavabo. Me envolví con ella y corrí la cortina, viendo como Travis aún seguía esperando una explicación apoyado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados.

—Llevan teniéndolos varios años ya —respondí mientras me acercaba al espejo e intentaba secar mi pelo húmedo con otra toalla más pequeña.

—¿Y aún así siguen juntos?

—Como puedes comprobarlo, sí. Ni siquiera sé qué pretendían con esa mierda de la noche familiar, no tiene sentido cuando obviamente, dejamos de ser una familia hace tiempo —terminé de decir aquellas duras palabras cuando los brazos de Travis me giraron, dejándome frente a él que me miraba con precaución.

—¿Seguro que quieres ir a esa fiesta? Si no te apetece, puedes quedarte a dormir aquí, yo no llegaré más tarde de la hora del desayuno y puedo traértelo. —A pesar de que me dolió el hecho de que no me propusiese quedarse conmigo y mis ganas de ir a esa fiesta eran nulas, necesitaba despejar mi cabeza de toda la mierda que había en mi casa.

—Quiero ir. —Sonrió y besó mis labios de manera lenta.

—Vamos a pasarlo genial —prometió y sonreír, a pesar de darme cuenta de que, después de llevar un par de meses con Travis de esa forma, me estaba enganchando a él más de lo que debería.

Trouble is his middle name.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora