4. Un nuevo reto para Travis Wilson.

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                                                4. Un nuevo reto para Travis Wilson.

Observé como Travis subía al ring mientras yo permanecía junto a Melody que charlaba con Beau, y Kate, que se dedicaba a observarme de vez en cuando, algo que hacía que mi asco hacia ella creciese por momentos.

—Tú no hablas mucho, ¿no, Bambi?

—No —dije dura, tensando mi mandíbula, odiaba aquel estúpido apodo. Bambi.

—Eres divertida.

—Y tú insistente. —Vi como Travis y otro chico chocaron sus puños después de una sonrisa engreída por parte del contrincante de Travis, el cual solo le miraba serio, neutral.

—¿Te irrito?

—Preferiría que estuvieses callada —sentencié sintiéndome intimidada nuevamente por su mirada a pesar de que yo ni si quiera me había girado a verla una sola vez.

—De acuerdo —se rindió divertida y el combate empezó.

                                                                            (...)

—¡Has pateado su culo como todo un profesional! —vitoreó Beau cuando Travis salió de los vestuarios después de haberse dado una ducha y cambiado.

—Soy un profesional —corrigió Travis y Kate se arrimó a él fingiendo estar divertida por su comentario mientras que yo solo rodé mis ojos debido a su ego—. ¿O no, Jordan?

—No —bromeé y Melody rió suavemente al igual que Beau, solo que, a diferencia de ellos, Kate me miraba con cara de pocos amigos.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Melody mientras se encendía un cigarrillo cuando salimos de aquel edificio.

—¿Ahora? Pensé que la noche había terminado por hoy —dije mientras escuché reír a Kate por lo bajo. Comenzaba a cogerle un asco innecesario, que, justamente provocado por ella, se lo merecía.

—Claro que no, habrá que celebrar mi victoria como es debido, ¿no crees? —casi afirmó Travis que seguía con Kate pegada a su lado como si fuese un chicle.

—Lo cierto es que yo prefiero irme a casa.

—Oh, vamos, Jordan, quédate —presionó Melody mientras hacía un gracioso puchero.

—Estoy cansada y prometí llegar a casa pronto —mentí, no tenía hora pero mi noche sociable estaba durando demasiado—. No hace falta que me llevéis a ningún lado, creo que todavía habrá alguna línea de autobuses que me lleve a casa.

—No te preocupes, yo te llevaré —se ofreció Travis mientras se despegaba de Kate para venir hacia mí.

—No, en serio, Tr...

—Quiero hacerlo, no rechistes porque no conseguirás nada —insistió serio y mi semblante cambió al igual que lo había hecho él suyo, ¿le habría fastidiado la noche? Quería decirle que no necesitaba que se preocupase pero su mirada me indicó que lo mejor sería mantener mi boca cerrada y montar en su precioso coche, y así lo hice—. Quedaros aquí, no tardaré en volver. —Travis montó en el coche después de alguna que otra queja por parte de Kate. El motor se puso en marcha y el coche avanzó por el asfalto frío a esas horas de la noche. El silencio dominaba el interior del coche mientras mi cabeza estaba apoyada en la ventanilla mientras miraba fuera de esta y escuchaba la respiración de Travis y la mía propia.—¿Qué te pasa? —quiso saber echando un rápido vistazo a mi sitio.

—¿A mí?

—Sí.

—Nada, eres tú el que está serio.

—¿Por qué quieres irte a casa? —indagó dejándome desconcertaba mientras giraba en una esquina, aún quedaban kilómetros para llegar a casa y aquello se tornaba incómodo—. Y no voy a tragarme el rollo de que eres un niña con sus toques de queda y que respeta las normas porque no me lo creo.

—Simplemente, creo que ya me he sociabilizado suficiente por hoy, no me apetecía estar más con tus amigos —aclaré encogiéndome de hombros siendo sincera con él.

—¿Es eso?

—¿Qué pensabas que sería?

Pensé que te había asustado —murmuró casi aliviado y quise reír.

—¿Haberme asustado por ver como pateabas el culo de un tío que podía pesar el doble que tú? No lo creo. —Observé como una sonrisa iluminaba su rostro dejándome ver dos pequeños hoyuelos formándose en su rostro y reprimí mis ganas de tocarlos.

—¿Y no crees que te has sociabilizado lo suficiente conmigo como para pasar el resto de tu vida lejos de mí? Pues al parecer eres demasiado solitaria para mi gusto.

—Michael Jordan lo es y llegó a lo más alto —respondí sin querer dar explicaciones sobre mi vida personal.

—Michael Jordan no es solitario.

—Sí lo es, otra cosa es lo que él quisiera mostrar, no se puede llegar a la cima sin dejar cosas atrás o pisotear sueños, para hacer esto menos doloroso tienes que alejarte de la gente, no crear lazos con ellos, además, teniendo en cuenta que, debido a su fama, la mayor parte de la gente solo se acerca a él por dinero o publicidad, es más que entendible.

—Quizá tengas razón.

—Claro que la tengo —afirmé y volvió a sonreír. Le di la dirección de mi casa cuando llegamos cerca de la playa y condujo hacia allí mientras el coche se mantenía en silencio de nuevo.

Me gustas, Jordan pronunció cuando estaba apunto de salir del coche.

—Si estás buscando que me enrolle contigo, esta técnica es muy mala.

—¿No eres seducible?

—Para nada —negué y él sonrió.

—Me gustan los retos.

—Y a mí la soledad, lo sabes —sentencié seria y su semblante cambió al igual.

—¿Hasta mañana? —preguntó mientras yo terminé por salir del coche.

Hasta cuando sea, Travis —dije y cerré la puerta y comencé a caminar hacia mi casa sintiendo como, después de unos segundos, escuché el motor de su audi blanco rugir para perderse en la oscuridad de la noche.

Trouble is his middle name.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora