6. Juegos infantiles.

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                                                                 6. Juegos infantiles.

Le miré de reojo mientras conducía, la camiseta azul oscuro se ajustaba perfectamente a su torso, mi mirada subió a su rostro y sonreí, de verdad era guapo.

Me estás intimidando —masculló burlón echando una rápida mirada a mi asiento y toda la sangre de mi cuerpo huyó a mis mejillas.

—Yo no...

—No tienes que excusarte, no me importa —contestó y reí, avergonzada—. Estamos a punto de llegar —informó sin seguir humillándome y lo agradecí.

—Wow. —Fue lo único que pude decir, aquello no era lo que me espera, a ver, en parte sabía que un chico como Travis no era de esos que comía en restaurantes de lujo con tres tenedores para elegir, no era para nada su estilo, pero pensé que al menos me daría el gusto de comer en un bar, en uno decente, no en el cual él me había llevado.

El ambiente desprendía agresividad y el olor a alcohol no ayudaba, algunos chicos fumando se encontraban alrededor de la mesa de billar y otros simplemente estaban en la barra, pidiendo más bebida.

—¿Te gusta? —murmuró divertido, descifrando mi opinión sobre aquel lugar—. Ven, sentémonos. —Puso su mano en mi espalda baja para guiarme a una mesa alejada de la puerta.

—Este sitio es... interesante —hice un intento de halago hacia ese sitio pero nunca había sido buena con las mentiras y esta vez no sería la excepción.

—Soy amigo de uno de los camareros y me gusta hacerle visitas de vez en cuando —dijo mientras nos sentábamos, uno frente al otro, en unos sillones pegados a la pared.

—¿Y tenía que ser justamente hoy? —susurré para mi misma pero supe que me había escuchado pues rió suavemente.

—Vamos, no va a estar tan mal —pronunció mirándome sonriente, al parecer, disfrutando al verme incómoda en aquel lugar.

—Ya veremos... —Le observé rodar los ojos.

—Pija —masculló por lo bajo pero sabía que quería que lo escuchase.

—Imbécil —insulté de vuelta y su comisura derecha se elevó, mostrándome una sexy sonrisa. Una muy sexy.

—¡Trav! —Escuchamos como alguien gritó y giramos la cabeza hacia donde procedía.

—¡Douge! —saludó Travis en respuesta.

—Ya pensaba que te habrían matado en alguna de tus peleas clandestinas —bromeó aquel chico mientras se acercaba a la mesa—. Y hoy traes compañía —dijo analizándome y me tensé.

—Así es, esta es Jordan —pronunció mientras me señalaba con la cabeza y le sonreí un poco.

—¿Jordan? —Ahí vamos de nuevo.—Bonito —finalizó y le miré asombrada, era la primera persona que conocía que no comentaba nada sobre el uso masculino de mi nombre—. Yo soy Douge. —Se puso el paño que traía en el antebrazo para ofrecerme su mano.

—Encantada.

—El gusto es mío —respondió y, a pesar de odiar a Travis en ese momento por no dejar de abrir mi círculo social, ese chico me agradaba, y sus increíble ojos azules también lo hacían—. ¿Qué vais a pedir? 

—Yo pediré lo de siempre —habló Travis para después girarse para mirarme completamente—. ¿Tú que vas a pedir?

—Mmm...¿Un sándwich?

—Si me permites un consejo, pediría la hamburguesa de la casa, está realmente buena —objetó Douge.

—Eh, ese es mi plato de siempre —reclamó Travis cual niño pequeño y reí.

Trouble is his middle name.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora