12. El concierto.
—¿Seguro que estás preparada para esto? —se burló Travis cuando subí a su coche después de haberle hecho esperar cinco minutos pues me había costado más de lo que imaginé bajar por el balcón con aquellos pantalones vaqueros cortos y la camiseta corta ancha que se enganchaba a algunas ramas de la enrredadera.
—Lo estoy, ¿qué mejor plan para un sábado que pasar toda la noche en un concierto repleto de personas sudorosas que no me dejarán ni espacio para respirar?—respondí irónica y rió roncamente a la vez que arrancaba el coche.
—Veo que estás deseosa —volvió a bromear y le miré fastidiada aunque sus ojos estuviesen puestos en la carretera—. Hasta el momento, eso de estrangularme con la mirada todavía no funciona, así que deja de mirarme así, bebé —reclamó y me echó una mirada rápida.
—Sabes lo que pienso de que utilices ese apodo conmigo, Trav —reproché en cuando a aquel "bebé" que había dejado caer en la frase.
—Y tú sabes que no le digo bebé a todas, solo con las que me acuesto o voy a acostarme —bromeó nuevamente y golpeé su hombro—. Vamos, Jordan, sabes que a las chicas de mi lista, como tú dices, les llamó amor, siempre amor.
—Que eso digamos que es la gran mayoría de todo Bourmemouth.
—¿Celosa, Jordan?
—Mas quisieras, no quiero que utilices conmigo un estúpido mote para marcarme en tu lista —contesté graciosa.
—En realidad lo utilizo para no confundirme con el nombre de alguna de ellas, una vez me pasó y recibí un puñetazo, ¡un puñetazo, Jordan! Aunque tengo que admitir que ese caracter agresivo me vino bien en la cama.
—¿Te pegó un puñetazo? —quise saber ignorando su comentario sobre lo buena que era aquella chica en la cama. Travis asintió— ¿Y te dolió? ¿Te rompió la nariz o algo?
—¿Romperme la nariz? —rió— No, solo estuve con un poco de dolor durante un día.
—Vaya... al menos me esperaba algo de sangre, estoy muy decepcionada con esa chica.
—¡Eh! —reclamó fingiendo estar molesto y bajó rápidamente la ventanilla a la vez que aceleraba, despeinándome como se había acostumbrado a hacer cuando quería molestarme.
(...)
—¿Vamos?—preguntó Travis cuando nos encontramos frente a la cola para entrar al concierto que daba un grupo al cual mi rubio amigo había oído hacía unos meses y estaba deseando oír otra vez.
—Está bien —accedí y nos situamos al final de la cola, aquel sitio tampoco era muy grande pues el grupo no era conocido pero la mayor parte de la gente estaba entusiasmada por ver a aquella banda de rock. Dimos nuestras entradas a los guardias y nos dejaron acceder al interior del lugar, cuando pasamos los arcos grandes que indicaban el principio de la parcela, el sonido de una guitarra llamó mi atención, la banda se encontraba ensayando antes de salir al escenario y, en el fondo, tuve ganas de que empezase el concierto. A mi lado, Travis iba mirando todo a su alrededor, fuimos por un camino de tierra que llevaba a realmente el lugar donde estaba situado el escenario pues era a cielo abierto ya que se encontraba a las afueras de la ciudad. Miré a Travis que estuvo unos minutos sin notar mis ojos sobre él, había pasado un mes desde aquella guerra de helados y nuestra amistad o lo que fuera que tuviésemos había seguido igual, incluso mejor aunque nunca faltaban sus comentarios groseros y mis enfados al respecto. Travis giró la cabeza, pillándome mirándole y sonrió, pero no fue una mirada de suficiencia como a las que estaba acostumbrada a recibir, sonrió con entusiamo y alegría, estaba realmente emocionado por aquel concierto y su expresión facial me recordó a la de un niño. Cuando el sonido de la bateria se hizo oír, Travis agarró mi mano saliendo a correr y llevándome con él, cuando llegamos frente al escenario estábamos casi al principio, casi rozando las vallas, pero Travis siendo encantador con la mayor parte de las chicas que había delante nuestra, nos hizo paso hasta el inicio del escenario.
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Trouble is his middle name.
Teen FictionMi vida no era lo que se dice normal, las constantes discusiones de mis padres, un hermano entrando en la adolescencia un poco problemático y yo, un chica de diecisiete años que amaba demasiado la soledad como para socializar con alguien de aquel pu...