𐔌 ── 4 O

176 36 14
                                        

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




— ¿Te hicieron algo malo antes de venir a la torre? – cuestionó un preocupado Leehan cuando Ji-ho los había dejado solos de nuevo.

— ¿A qué se debe la pregunta?

— Sabes de esos collares que usaban para forzar la unión, y Ji-ho dijo que tenías uno. Por como habló de ello, entiendo que no debe ser una experiencia agradable.

— Fue horrible... – respondió con simpleza.

Viendo que el mayor estaba cabizbajo y parecía algo evitativo con el tema, Leehan decidió no indagar más. Por eso simplemente optó por darle un fuerte abrazo con la intención de animarlo.

— Nunca te haría daño – aclaró muy confiado de sus propias palabras.

Una sonrisa cariñosa se formó en el rostro de Taesan – Lo sé.

— No te obligaría a nada.

— También lo sé.

— Mucho menos te usaría como un objeto, premio o mascota. Para mí eres y siempre serás un lindo chico con sentimientos al que apodo cariñosamente como Tae.

— Leehan, con decirte que eres lo mejor que me ha pasado es suficiente para que sepas que soy consciente de lo bueno que eres conmigo – rió.

— Nunca está de más aclararlo.

— Lo que me gustaría aclarar ahora mismo es eso que dejamos pendiente por la interrupción de Ji-ho – la voz del mayor sonaba un tanto traviesa mientras daba algunos golpecitos en su regazo, indicándole al menor que se sentara allí.

Leehan no pudo evitar soltar una risita para, acto seguido, cumplir esa orden y acomodarse en sus piernas. Al contario de lo que esperaba, Taesan solo lo abrazó, apoyando la frente en su hombro y cerrando los ojos para disfrutar de la agradable cercanía. Leehan se sintió muy cálido por ello, así que aprovechó que el mayor estaba cariñoso para mimarlo un poco.

Y mientras los enamorados gozaban de ese pacífico ambiente, Ji-ho estaba yendo rápidamente en dirección a la barrera que rodeaba toda esa zona, incapaz de tener la tranquilidad de los menores.

Esa barrera la había creado principalmente para que Leehan no saliera al peligro, pero ahora debía reforzarla por otro motivo, uno aterradoramente grande que lo miraba amenzante al otro lado de esta.

— Deja de deambular, Nicholas, no te dejaré pasar – avisó el mago al ver los brillantes ojos del gran lobo entre los árboles del otro lado de la barrera.

Con esas palabras, el animal salió de su escondite, y en un abrir y cerrar de ojos se transformó en un chico joven de cabello gris con orejas peludas en su cabeza del mismo color y una cola a sus espaldas completamente inmóvil, muestra de no tener sentimiento alguno.

— No puedo, debo llevarme a Kim Leehan – respondió sin sentimiento alguno en su voz.

— No te lo vas a llevar.

꒰  ∂ᴇᴀʀ тᴏᴡᴇʀ¹  ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora