Protector De Tu Inocencia- Ovidio Guzmán

34) Platica con Joaquín

Encuentra lo que amas y deja que te mate. Deja que consuma de ti tu todo. Deja que se adhiera a tu espalda y te agobie hasta la eventual nada. Deja que te mate, y deja que devore tus restos.Porque de todas las cosas que te matarán, lenta o rápidamente, es mucho mejor ser asesinado por un amante."

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Ovidio.

- ¿Ya son todos?- pregunté al escuincle que estaba delante de mi pasandome los papeles que tenía que revisar y acomodar para irnos después a trabajar fuera de Sinaloa.

- Solo quedan dos- respondió - Necesitamos más presta nombres.

- Ya sé.

- ¿Por qué no le dices a Ángela?

- No

- ¿Por qué? Te vas a casar con ella.

- No la metería en esto - Metí los papeles en el portafolio.

Ángela no es de mi mundo y no la invilucraria en esto. La Amo tanto que si un día se quiere ir de mi lado no me gustaría que se fuera manchada por este negocio.

- También necesitamos más gente que nos lave dinero a ti y a mi - Desde muy plebe este escuincle se apagó a mi y así cuando dejó la escuela empezó a trabajar a lado mío. Después de ganarse mi confianza, cuando yo me desaparecía para atar cabos y encontrar la respuesta sobre la muerte de mi hermano...era el quien se encargaba de la gente y el negocio. No por el echo de que fuera mi sangre le iba a confiar todo - La gente que tenemos ya no quiere arriesgarse a lavar cantidades más grandes...y en parte tienen razón. Si los cachan podemos perder gente importante.

- En este viaje que haremos también buscaremos más gente.

- Viajaremos el próximo año, ¿Verdad?

Negué con la cabeza - Viajaremos Hoy mismo.

- ¿QUÉ? - se levantó de la silla- ¡No!

- Si, es necesario.

- ¿Ósea que no pasaremos el día último aquí?

- Quizás - sacudí mis botines- si nos apresuramos llegamos a tiempo.

- ¿No hay ma...

- ¡No hay manera!.

- Ashh... ¿Navidad no me la pude pasar  "cargando piernas al hombro" y día último tampoco? ...- sacudió la cabeza - Que digo " piernas al horno"

- Eso a mí me da igual, alista tus maletas que nos vamos.- El se quedó decepcionado y yo fuí a buscar a Ángela por toda la casa.

- ¿Dónde está Ángela? ¿Ehh?- Cargue a Chicle y como pude seguí caminando entre los demás perritos que no dejaban de morderme los pantalones - Te adopte con la condición de que no te alejaras de tu dueña - Lo baje al suelo y salí corriendo para que dejarán de morderme. - ¡Ángela!- grite para encontrarla.

Me detuve de golpe al verla, su espalda baja estaba recargada en la pared y al mismo tiempo estaba encorvada sosteniendo su cabeza en sus rodillas dobladas y abrazando sus pantorrillas. Me acerque y levanté el libro que estaba tirado era el que yo le había dado hace tiempo para que estudiará.

Me senté a su lado cuidando de que no se despertará, poco a poco la fui acomodando a modo de sostenerla entre mis brazos.

- Mi bella Ángela - Susurré sobre su mejilla dejando un beso húmedo.
Me dedique a acariciar su cuerpo tan adictivo. Su piel despedía un aroma embriagante.

Ella es más adictiva que cualquier otra droga.

Podía estar  las 24 horas observándola y no me cansaría. Ni si quiera pediría tiempo libre. Una risa broto de mis labios al ver sus pestañas que naturalmente eran risadas pero que no tenían rimel, tampoco lo necesitaba, pero se miraba sensacional cuando las pintaba.