Silence-Gabellie

Una coincidencia

Aunque Ellie no decía ninguna palabra, Gabby podía saber por la expresión de su rostro que tenía muchas preguntas.

Hace menos de una hora, ella estaba de camino al colegio en completa calma, con su mochila al hombro y con música a todo volumen, pero ahora estaba arriba de un auto, con dos completos desconocidos y un horrible shock emocional por casi ser atropellada.

Para sorpresa de Ellie, aquella no había sido su peor mañana.

Se acomodó mejor en el asiento del copiloto, apoyando su cabeza sobre la ventanilla para observar mejor el paisaje de la ciudad en lo que terminaban de llegar.

—¿Entonces te llamas Ellie verdad? —La mencionada se sobresaltó al oír la voz gruesa del chico, asintiendo con la cabeza sin dar más detalles.

La última vez que alguien había hablado, las cosas habían subido de intensidad rápidamente.

—Deberíamos ir más rápido —Apresuró la otra muchacha desde atrás intentando cambiar de tema—. Según mi reloj tuvimos que entrar hace exactamente diez minutos—Tom ignoró su petición de subir la velocidad, sabiendo exactamente que el reloj tenía quince minutos de retraso.

—Estaremos bien —La morena encarnó una ceja, dudosa. Ellie la apoyó inconscientemente, haciendo una mueca de tener también sus propias dudas.

—Eres un peligro al volante —Soltó algo enojada por ser ignorada—. Si llego tarde de nuevo olvidate que voy a ayudarte con tu "propuesta"—Hizo unas comillas en el aire al mencionar lo último, provocando un ligero malestar en el conductor.

—No me obligues a bajarte del auto Nowak —Amenazó con seriedad—. Aun siendo muda, tu amiga es diez veces más maja que tu—Ellie sonrío ligeramente sin saber como sentirse exactamente ante el alago pasivo-agresivo.

Claro, hace rato que no le hacían uno, pero referirse a ella como "muda" cuando claramente no lo era podía ser considerando algo hiriente.

—Sigo sin saber como Jake te soporta sin recibir una compensación económica a cambio —Expresó en voz alta—. Eres peor que un crío—Tom soltó una carcajada, subiendole el volumen a la música de la radio.

— Eres una terca cuando te lo propones—Giró rápidamente hacia la derecha, subiendo la velocidad nuevamente.

Ellie tanteo con sus manos el cinturón de seguridad, asegurándose de tenerlo bien ajustado para no salir volando cuando impactaran a toda velocidad contra algo.

—No te preocupes por eso —Gabby se inclinó sobre ella, agarrando la correa que se apretaba sobre su pecho—. No funciona—Sin ni siquiera dudar, arrancó el pedazo de tela de la pared del auto—Tom solo lo tiene ahí para que no lo multen—Sus ojos se abrieron como platos al darse cuenta del peligro al que estaba expuesta.

Puede que hace menos de veinticuatro horas haya intentado acabar con su vida, pero una cosa era hacerlo por sus propios medios y otra muy distinta era hacerlo por la estupidez de un chaval que acababa de conocer.

—No se preocupen, estamos cerca —En ese punto, lo que menos le importaba era llegar a tiempo.

Gabby, quien aún estaba sobre el asiento del copiloto, deslizó su mano hacia la manilla de la ventana, y con destreza, bajo el vidrio dejando que el viento les diera en la cara.

—¡Somos más rápidos que la luz! —Gritó mientras se lanzaba sin miedo hacia atrás—. ¡Vamos más rápido!—Si de algo Ellie estaba segura, es que Gabby no estaba al cien por ciento de sus facultades mentales.

Se volteó para ver hacia la parte de atrás, encontrándose con una chica eufórica y desaliñada que no parecía tener miedo de chocar y solo se encargaba de disfrutar el presente.