Jurame que no es pecado [Rubelangel]

Capítulo 8

Narra Miguel:

Lunes 8:10 AM

Estábamos en clase de literatura cuando Guille me llama desde el banco de atrás mio.
-Que pasa?.- Me di vuelta para ver a Guillermo
-Porqué te fuiste el sábado? Qué pasó con Rubén?.- Guille estaba preocupado, él era el típico niño inocente sin un gramo de maldad.
-Nada, solo di'cutimoh
-Mangel... Estabas llorando, seguro que sólo fue eso?
-Si macho, no te preocupeh

En la hora del almuerzo Guille volvió a desaparecer junto a De Luque, algo malo estaba ocurriendo entre ellos y eso me asustaba. Al tocar el timbre llegaba con alguna marca en cualquier zona de la cara,generalmente cerca de la boca. Tengo la sospecha de que Guille se está enrollando con este sujeto.
Al entrar al salón nos esperaba una sorpresa, nuestras camperas de egresados estaban listas para usarlas así que nos la pusimos y sacamos una foto grupal de espaldas para que se vean nuestros apodos en ellas.

Narra Rubén:

Lunes 12:45 PM

Salí del hospital, esta vez no fue para ponerme cosas raras en mi body o en máquinas extrañas, solo fue un control. Las cosas por ahora estaban saliendo bien, no había señales de que el tumor sea maligno, Mangel y yo nos reconciliamos y formamos una bonita amistad. Miré mi reloj y decidí ir a la escuela de Mangel a esperar que salga, pero ¿No quedaría muy stalker? Podría decir que fui a ver a Celia, lo cual seria mentira ya que se que ella no vino porque hablé con ella esta mañana. Un momento, qué me está pasando? Me estoy enamorando de Mangel?... Bah,debe ser una confusión creada por el habitante en mi cabeza. Es imposible que me guste, ambos somos hombres.
Llegué al colegio de Mangel y me senté en la vereda a esperar que salga, solo faltaban 20 minutos. Podríamos ir a comer y poner de excusa que iba a ir con Cel... BASTA RUBÉN! QUE COÑO TE SUCEDE CON ESTE TÍO?!.- AHHHG!.- Me levanté de la nada enojado conmigo mismo
-Te sientes bien mijo?.- Preguntó una anciana que pasaba por allí
- EH? Sisi. Solo me pisé el dedo de la mano.- Gilipollas...
Los alumnos comenzaron a salir de la institución y me pare a ver si podía visualizarlo, miles de cabezas saliendo pero no veo la de Mangel. Al rato salió hablando con una tía pelirroja con la cual se abrazó. Estaba... Celoso? Era imposible.
-Mangel!.- Él se volteó a mirarme y se despidió de la tia para venir hasta mi
-Qué hace' aquí?.- preguntó algo confundido
Vine a verte,subnormal.-Estaba esperando a Celia, la has visto?
-Oh...-Un reflejo de desilusión se resaltó en su mirada.- Creo que no vino hoy.
-Qué pena, íbamos a ir a almorzar
-Vale.-suspiró cansado.- Nos vemos luego
-Espera... Quieres que vayamos a comer algo? O ir a los juegos, cómo quieras.-Volvió ese brillo a sus ojos
-Me encantaría.- Dijo con una sonrisa.

Un mes y medio después
Estábamos en la sala de espera del hospital, hoy mi mamá no pudo acompañarme a la quimio así que Mangel se ofreció a ocupar su puesto.
Pasamos a la sala y se repitió el mismo procedimiento de siempre. Él se sentó al lado mio y comenzó a dibujar.
-Mangel?
-Mmh?.- dijo él sin alzar la mirada de su dibujo
-Escucha la radio. Esa canción estaba cantando la hermana de Frank hace dos meses atrás el día que nos conocimos.- En la radio de la sala estaba sonando "love me like you do" de Ellie Goulding
-E' vedah.- Él alzó la mirada hasta encontrarse con la mía y me sonrío de costado.
Es hora de aceptarlo, me estaba enamorando de Mangel. No se cómo pasó ni cuando, sólo se que lo estaba haciendo. Pero... Está mal? Amor es amor? O sólo estoy cayendo en uno de los peores pecados para la iglesia?...
Después de 45 minutos de quimioterapia Mangel por fin terminó el dibujo.
-Para ti.- Dijo como un niño inocente el cual le estaba entregando un dibujo a su madre.
-Hombre, esto hiciste en 45 minutos?.- Lo mire asombrado. Era un dibujo de una foto que nos habíamos hecho días atrás mientras jugábamos con Alex a la Wii.
-La vedah e' que lo había iniciadoh en mi casa
-Está hermoso, gracias.- Él se acercó a la camilla y nos abrazamos, posó su cabeza sobre la mía en la cual se encontraban pequeñas zonas con falta de cabello.
(...)
Me acompañó hasta casa y se quedó allí hasta que pasaran los efectos secundarios, este tío valía la pena