The Seduction Of Evil

Capitulo 8

“Algunos no pueden dejar de lado sus ansiedades y obsesiones, quedan perdidos y desconectados de la vida y este es el resultado.”  
   Edward Norton.

Ya me estaba resultando de lo más incómoda la situación. Había transcurrido una semana desde la última vez que tuve esos extraños sueños con Zayden. Se suponía que no debería de estar soñando con una persona que solo quiere ser mi amigo. ¡Qué cosa tan bochornosa de mi parte! Cada vez que venía a visitarnos al local o nos invitaba a un café, no podía verlo bien a la cara sin que esas imágenes vinieran a mi mente. Dios, no me pongas esas tentaciones, que la carne es débil y yo más.

¡Maldita sea!
Carajo otra vez ese sueño, Zayden, porque me confundes y te metes en mi cabeza.

— ¿De nuevo otro de tus sueños húmedos? Veo que están siendo mucho más recurrentes.

— ¡¡SARAH!! No es gracioso, tuve otro sueño con él y ya me resulta incómodo hasta verle la cara.

— Pues a mí me parece que estás exagerando, hay personas bastante amables, y debería comentarte que su familia es muy influyente aquí en Salem. Desde hace generaciones en realidad.

— Puede ser el pastor más reconocido de la iglesia o el mismísimo Henry Calvin, no quita el hecho de que es una persona bastante extraña, y lo peor es que no se esfuerza mucho para ocultarlo.

Aparte de lo endemoniadamente sexy y guapo que es.

— Bueno, ya no te preocupes mucho por eso. Lo que tenga que pasar, pues pasará. Así que vámonos, que se nos hace tarde.

Las horas pasaron y ya me encontraba en el trabajo. Hilary, al parecer, pudo notar que no me encontraba un poco distraída.

— ¿Sucede algo, Aly?

— Oh, no, estaba distraída, recordando algo, cuando me estabas hablando. Es que estos días no he podido descansar bien, o bien se podría decir que esto se está poniendo cada vez más recurrente. – le comenté.

— Pues te comento que el día de hoy se están preparando para colocar una feria, es algo habitual que se realiza durante esta época del año. Tiene toda clase de juegos, aunque mis juegos menos favoritos son el puesto de besos y el matrimonio falso, no creo en esas cosas. Pero si me llegara un tipo como Zayden o Elijah no lo dudaría.

— ¿Es como un festival del terror? — pregunté reposando la cabeza sobre la vitrina.

— Sí, todos los años agregan atracciones nuevas y eso. Pues es algo diferente de hacer.

— Suena interesante. La verdad fui a la casa del terror en Disneyland y fue muy divertido.

Fue hace unos años que fui con unos compañeros de trabajo. Aún recuerdo que uno de ellos se me declaró y fue totalmente incómodo. No sabía que tuviera sentimientos por mí. Pero después de rechazarlo, la cosa se puso intensa.
Recuerdo perfectamente el día en que todo se puso feo. Habíamos estado trabajando juntos en un proyecto durante meses, y yo había empezado a notar que mi compañero de trabajo, Logan, se estaba acercando demasiado a mí. Al principio, pensé que era solo amistad, pero pronto me di cuenta de que sus sentimientos iban más allá. Empezó a hacerme cumplidos, a buscarme excusas para pasar tiempo conmigo fuera del trabajo, y a mirarme de una manera que me hacía sentir incómoda. Pero lo que realmente me asustó fue cuando empezó a mostrarse intensamente posesivo y celoso. Me preguntaba constantemente dónde estaba, con quién estaba, y qué estaba haciendo. Me empezó a enviar mensajes de texto y correos electrónicos constantemente, y hasta me siguió a mi casa un par de veces. Me sentí atrapada y asustada, y no sabía qué hacer. Intenté hablar con él y explicarle que necesitaba espacio, pero solo se puso más intenso y agresivo. Finalmente, tuve que recurrir a la gerencia del trabajo para que lo despidieran. Pero incluso después de que se fue, no me sentí segura. Me empezó a enviar mensajes de texto y correos electrónicos amenazantes, y hasta me llamó un par de veces. Me sentí tan asustada que tuve que pedir una orden de alejamiento. Fue un proceso difícil y estresante, pero finalmente me sentí segura de nuevo. Sin embargo, la experiencia me dejó una marca profunda, y me hizo darme cuenta de lo importante que es establecer límites claros y defender mi propio espacio personal.