Falling in love again with you

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-¡Descanso!

Con aquel grito del nuevo director, Natasha suspiró y dejó que los músculos se relajaran un poco. Las posiciones eran mucho más forzadas que en la cinta anterior, pero al necesitar pagar su parte del alquiler, estaba dispuesta a ayudar a la señora Antonovna y el señor Karpov. SI bien miraba el guión y algunas de las partes le recordaban a su vida y la hacían pensar más de lo que hicieron los puentes de su compañera Tarasova. Todo no dejaba de ser un pequeño torbellino de ideas presentes y pasadas. ¿porque una noche de ex compañeros? ¿debía ser así la vuelta de Bucky? Si bien se lo repetía noche y día, al parecer necesitaba algo más para poder hacerle frente al futuro en ese presente tan asqueroso.

-¡De vuelta, desde el principio! ¡ROMANOVA VEN YA!

Ante el grito de su nuevo jefe, ella dejo su botella de agua y volvió al trabajo. 

"¿y que me depara el futuro si ando de la mano de aquel que destrozó mi pasado?"

Si bien en más de una ocasión decidía salir con las chicas a encontrar a alguien, realmente no sentía esas ganas. Realmente no había algo que la empujara a querer a alguien de nuevo en su vida. No pensaba en renunciar al amor, realmente no lo veía necesario, pero claro estaba que despertarse y saber que al lado de las paredes se encontraba una de las personas más importantes de su vida. Sharon le insistía en dejar de mandar mensajes con un Bucky militar para ir con alguien del que sabía que no le faltaría algún miembro a la hora de volver. 

- ¿De nuevo en problemas?

- Es esta maldita obra, Tania... es tan.. romántica

- Piensa en A... amar a tu gato Liho de una forma normal

Si bien no se equivocaba, seguro que quería decir Alexei Shostakov, pero desecho al minuto cualquier pensamiento, ya que ese hombre si que la quería, pero no de una forma sana como se lo merecía. Nunca podría olvidar su reencuentro. Liho se acurrucó en sus piernas, y la acarició cual villana de película, pensando como una auténtica idiota. Cuando noto que la gata quería marcharse la dejo. Normal. Cualquiera preferiría comer a estar siendo acariciado con la barriga vacía. 

- Tania...¿como se enamora una de nuevo?

- No se. Si lo supiera ya estaría saliendo con el doctorazo que hay en mi planta... Aunque, me imagino que eso no es lo que me quieres preguntar- Nat la miro, bastante interesante- Creo que prefieres preguntarme que quieres hacer con tu vida sentimental. Sigues pensando en esos dos idiotas...tenemos que salir de fiesta para arreglarlo todo

- ¡Mañana tengo ensayo!

- Y yo mañana trabajo poco, así que... iremos de "tranquis"

Si bien cada vez que escuchaba esa palabra temía por su vida y la de todas. Se arreglaron de una forma rápida antes de salir a un bar cercano. Realmente a cada hombre que veía, solo le daban auténticos malos pensamientos, como si solo quisieran una patética noche en su coche bien apartado como en un parking. ¡NO! ¡Jamás! 

- Oficialmente me aburre esta música, me voy a casa- soltó tan tranquila Tesla dejando su baso vacío en la barra. A ella no le gustaba esos ambientes y los prefería lejos. Algo que no dejaba de comprender era  porque las chicas la seguían invitando. 

Quien realmente lo estaba pasando bien era Sharon. Se había desmelenado al completo, al contrario que en reunión absurda. El concepto vergüenza totalmente había desaparecido para dar paso a la mujer que llevaba la fiesta donde fuera. 

- ¿Quieres rollo?

-Aléjate, baboso- le escupió bastante molesta Natasha. 

No salieron de aquel lugar hasta bien llegadas las tres de la mañana. Sabía que aquello le iba a traer problemas bastante gordos para el ensayo del día de mañana, pero realmente le daba igual ya. Las copas de más estaba haciendo su efecto solo a la vuelta de la casa. Era un problema que tres chicas prácticamente borrachas y solas, eran un blanco fácil, pero realmente daba igual en esos momentos. Tesla suspiro al ver que la tres llegaban salvas.

- No hace falta que vayas, majo, ya han llegado y fatal- Le noticeo a cierto interesado por el teléfono

Como bien dios sabía y acertaba, fue uno de los peores ensayos de su vida. Finalmente todo se resolvía con un final en el que no había grito que no escuchara. Con la llegada a la casa y su obvia siesta en el sofá, mandó al diablo el móvil y casi todo aparato que emitiera cualquier ruido. Sharon estaba peor, ya que fingió estar realmente enferma para faltar al trabajo. La mejor parte fue para Tania, quien dijo que se la paso en recepción y pudo disimular, a lo que ambas tenían algo de envidia. 

A solo una semana de terminar todos los trabajos, finalmente lograron llegar a final de mes y por fin, todas estaban listas para esa obra. Si algo era cierto cien por cien, era que aquella obra tocaba bastante lo que era el pasado, haciendo que a Sharon le saltaran varias lágrimas. Con el final bastante sorprendente, donde la chica se decidía por el primer amor, las dos rusas dijeron al mismo tiempo que ella jamás volvería con el ruso Shostakov. Nada más terminar la obra, realmente pasaron a su camerino, donde ella ya estaba prácticamente preparándose para marcharse.  Si bien era cierto que era la única función de la noche, con la violencia que lo hacía decía toda aquella frustración que sentía dentro. Pero las chicas no sabía si decir algo que se estaban guardando.

Le estas dando demasiadas vueltas.

Mientras intentaban regresar del auditorio, un señor casi les robo la bolsa, pero bien no conocía a la mujer que intentó robar. Si bien Natasha nada más alcanzarlo no tardó en dejarlo sangrando al lado de su portal, sin importarle que su vecino estuviera mirando, aguantando la risa.

- ¿Que miras?- pregunto algo enfadada dejando de golpear al intento de ladrón

- Que no has perdido ese carácter... vengo de quedar con Sam

- No te lo he preguntado

- Nat, a casa, que estos tacones no fueron hechos para mi- suplico Tesla intentando eludir un momento romántico delante de sus narices

- ¡Subimos juntos!- saltó el americano de pronto, haciendo reír en el suelo al lado del herido a Sharon y Tesla

-¡Que en el ascensor solo entran cuatro y tu vales por dos!- saltó llorando de la risa Tania. Natasha se estaba aguantando

-¡¡QUE MALO ES POR DIOS!!

- AY QUE HA COGIDO UN COLOR DORITO...

- ¡PARAD, CHICAS!- Gritó Natasha al borde del llanto de risa. Cogió el teléfono para ocuparse del hombre en el suelo- y tu vete ya

- Me quedo contigo- insistió el hombre

- Te esperamos arriba- dijo Tania arrastrando a las dos amigas que seguían  riéndose como si no hubiera un mañana

Si bien el silencio que se había formado para la pelirroja era realmente incomodo, tuvo que aguantarse hasta la llegada de la policía. Solo cuando este llego para llevarse al mal herido intento de ladrón, se atrevió a hacer una pregunta un tanto embarazosa, del nivel de una cara con el color de un dorito.

-¿¡PODEMOS TENER MAÑANA UNA CITA!?

AlcanzadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora