Mi Querida Policía //Sasusaku//

El Misterio de los Haruno

Tokyo,  trece años antes.

Las hojas que caían de los arboles indicaban una sola cosa: el otoño por llegar en un pestañeo.  

En la Mansión Haruno, Kizashi Haruno degustaba una humeante taza de café en compañía de su fiel y amada esposa, Mebuki. Sakura, su pequeña hija se hallaba en el jardín jugando junto a su mejor amigo Naruto.

Mebuki leía el periódico para actualizarse con las noticias. Últimamente la inseguridad había incrementado un 20% a lo habitual, los robos eran mucho mas frecuentes y las violaciones y secuestros también habían aumentado. 

-Mira, tu socio ha lanzado su candidatura  como el próximo gobernador.-comento Mebuki, Señalando con el dedo la pagina en la que salia un reportaje sobre Orochimaru, político asociado  los Haruno para financiar su candidatura. 

-Muéstrame.-pidió el hombre, tomando el periódico entre sus manos. Poso sus orbes verdes en el reportaje, frunciendo el ceño en algunas partes.- El discurso fue muy superficial, esta prometiendo cosas que no va a cumplir. 

En una parte del reportaje, Orochimaru prometía mejorar las escuelas, los hospitales, los lugares públicos. Pero, Kizashi, quien era el financiero del aspirante a gobernador, sabia que eso, si llegaban a elegirlo, querida en el aire, y nada de eso llegaría a concretarse. Lo sabia porque conocía la forma de actuar de esa víbora, sus maniobras y sus traiciones.

-Pásame el teléfono, Mebuki querida. 

Mebuki le acerco el teléfono a su marido, quien marco un numero telefónico y aguardo  que atendieran.

-Orochimaru, juntémonos en una hora a tomar un café aquí en mi casa, ¿Te parece?. Esta bien, te espero.

Una hora mas tarde, ingresaba por la puerta el Candidato a Gobernador, Orochimaru Sannin, vestido con un elegante traje negro y una sonrisa ladina. Sus ojos de víbora se posaron en Mebuki.

-Mebuki, querida. ¿Como estas?-saludo, antes de besar su mano. Luego se dirigió a su socio.- Kizashi vine tan pronto como me llamaste-

-Toma asiento, Orochimaru. El propósito por el que te he citado es porque  he decidido hacerme a un lado en todo esto de ayudar en tu Candidatura. A mi criterio no estas siendo sincero con el pueblo, ni tampoco cumplirás el sinfín de estupideces que has prometido. Espero que puedas seguir con tu candidatura desde otro lugar....

El rostro de Orochimaru se deformo de la furia. Sus ojos parecían chispear una llamarada de fuego ardiente. 

-¿Me estas dejando solo?-pregunto, apretando la mandíbula. Kizashi volvió a explicarle su pensamiento, mas el Sannin decidió cortar la conversación.- Bien, haz lo que te plazca. 

-Espero que lo hayas comprendido. No queremos que nuestro apellido este manchado con toto esto..

Orochimaru se despidió formalmente, fingiendo que nada sucedía ni que tenia pensamientos sumamente sádicos en su mente.

-Tu apellido quedara manchado por sangre, Haruno. Ya vas a ver.-murmuro, antes de salir de a Mansion Haruno. El su salida, diviso a la pequeña Sakura y al pequeño Naruto jugar tranquilos en el jardín.- Disfruta a tus padres, querida Sakura, por que no te van a durar por mucho tiempo. 

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Meses mas tarde.

-¿Como sucedió todo esto?-Minato Namikaze se hallaba en la morgue, cuando había sido llamado por uno de sus compañeros de trabajo, avisándole de la terrible tragedia.

-Le hemos llamado para que reconozca el cuerpo, Namikaze-San. 

Minato Namikaze ingreso en la fría habitación. Sobre dos camillas reposaban dos cuerpo, los cuales eran tapados por bolsas negras. El Forense le pidió que se acercara, y que reconociera los cadáveres.

Minato lloro desconsolado. 

Los cuerpos eran los de sus amigos, Mebuki y Kizashi. Sus amigos de toda la vida, ahora se encontraban en otra vida. Que Dios amparara a la pequeña Sakura.

-Son ellos...-pronuncio con una voz casi imperceptible. El llanto incremento, al punto de que en un momento comenzó a tener pequeñas convulsiones. El Forense agradeció su labor, pidiéndole que aguardara afuera para poder escribir la defunción de ambos fallecidos.

Al salir,  Minato se encontró con su mujer, Kushina, la cual lloraba acaudaladamente teniendo en brazos al pequeño Naruto, quien dormía en los brazos de su madre a pesar de ya no ser un bebe.

-Eran ellos, Kushina....-susurro, antes de caer de rodillas al suelo.- ¡Eran ellos! ¡Los asesinaron!

-Oh, que tragedia...-Kushina seco sus lagrimas con un pañuelo antes de ayudar a su esposo a levantarse.- ¿Como se lo diremos a Sakura?

-No lo se...por el momento pediré hacerme cargo de su tutela.

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A pesar de que los años habían pasado, Minato nunca logro olvidarse de aquella madrugada, las pesadillas se lo recordaban cada noche, atormentándolo hasta lo mas profundo de su ser. No haber podido hacer nada era lo que mas impotencia le daba, no se habían encontrado pruebas fehacientes de que el responsable fuera Orochimaru, Minato nunca logro probarlo. 

Kizashi y Meduki Haruno habían sido asesinados mediante la asfixia, quitandoles poco a poco el aire de sus pulmones, las ganas de vivir, las esperanzas.  Les habían quitando las ganas de ver crecer a su única hija, de verla egresar de sus estudios, se privarían de ver nacer a sus nietos. No podrían vivir lo que les restaba de vida.

Minato no podía perdonárselo, por mas que el no hubiera tenido nada que ver. La impotencia lo carcomía por dentro, la desesperación, los recuerdos. 

Pero sabia que algún día la venganza llegaría, y estaba seguro que seria por la mano de la misma Sakura Haruno.

Sakura algún día lograría descubrir la verdad, y lograría vengar la muerte de sus padres.