Mi Querida Policía //Sasusaku//

MARATON: Parte 1

Decir que las cosas se habían salido de control era poco.

Sakura puso en marcha el auto de Shisui, el que estaba situado en el garaje de la cabaña. Todo iba bien: Lentamente había comenzado a circular por la desolada calle, hasta que algo ocurrió.

Un convertible negro venia en su dirección, mas el dueño de dicho automóvil solo la miro y siguió. Sakura supo que era el, otra vez Sasuke Uchiha, pero este no la había reconocido.

Aceleró al máximo, entro en la carretera y desapareció entre los autos.

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Hacia mucho tiempo que Sasuke no veía a Shisui, su primo, y adema mejor amigo de Itachi. Era hora de que lo viniera a visitar.

El trayecto había sido corto. El venir una parte en Avión privado agilizaba las cosas mucho mas de lo que lo haría venir en auto o en bus. Y de allí había utilizado uno de sus automóviles.

Todo seguía normal: Tal como lo recordaba. Las personas seguían siendo pueblerinas, carentes de vida social y de poco sentido de la moda. Además de que la mayoría habían vivido allí, estancados, sin progresar en ningún momento.

Un pensamiento que siempre llegaba a su mente era el siguiente. El podía ser alguien que no ejercía una profesión que lo honrara, pero por lo menos había logrado salir de aquella vida de mierda que anteriormente había vivido.

Si, porque gracias a los problemas que tuvo con unos anteriores amigos, su padre había decidido que dejaran la gran ciudad y se mudasen a un pueblo, en donde nadie tenia ni la mas remota idea de lo que era un teléfono celular.

No, ellos se manejaban con artefactos raros y poco ortodoxos. Y eso a el le caía pésimo.

Así que por mas que su trabajo fuera traficar armas de un país al otro, hacer encargos por personas de alto nivel, lo hacia. Tenia ingresos impresionantes. Probablemente ganaba mas de lo que lo hacían toda la familia de Shisui en una vida.

Entro por la calle de la casa de Shisui. Esquivo algunos perros haraganes que dormían en la calle y siguió su rumbo. Cerca de allí, se cruzo con un automóvil. No logro ver al conductor, pero noto que este se escondía de algo.

El Uchiha no sabia que el era la persona de la que se escondía aquella persona.

Estaciono su auto en la puerta, toco la puerta, y, esta al abrirse, fue recibido por su hermano, y su primo, Shisui, sin saber que este mismo le había desafiado, y había dejado escapar a la pelirosa.

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-¡Señor Minato, cuéntenos que ha pasado!-exclamo una de las reporteras, cortándole el paso al rubio mayor, quien venia esquivando al malón de reporteros y periodistas chusmas que lo acechaban.

-No daré declaraciones. Déjenme en paz, por favor.

-¡Pero usted es el Jefe de esta Estación! ¡Es su deber explicar lo sucedido-exclamo otro, acercándole un micrófono.

Minato estuvo a punto de salírsele la cadena, pero aguanto. Inhalo y exhalo, respirando profundamente.

Venia aguantando dos días a los insistentes periodistas siguiéndolo a todas partes.

Maldecía a Rin. Ella lo había puesto en semejante problema.

Se introdujo en su auto, mientras que los metiches se pegaban a su auto en busca de material exclusivo. Encendió su automóvil y salió de allí, a velocidad prudente, pero con ganas de salir a 180 km.

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Nada escapaba del ojo critico del Gran Itachi Uchiha. Había sido catalogado como un genio, un prodigio entre los Uchiha.

Que una mota rosada pasara por la casa de Shisui en un momento le pareció extraño, mas el sabia que las vueltas de la vida podían crear escenarios que rozaban las causalidades.

La vio, pero lo calló. Sabia que su primo parecía haberla ayudado, pero no armaría un revuelvo en ese lugar. Además de que Shisui era como un hermano para el, como Sasuke, y lo que menos quería, era armar un lio entre familia.

Sorbio un poco de te. La conversación que se mantenía en aquella sala era dinámica, Shisui y Sasuke hablaban de varios temas. Todo parecía normal, aunque Itachi pudo notar observar cosas que cualquiera no vería. Shisui sudaba mas de lo normal, sus manos temblaban y tenia un ligero TIC en su ojo izquierdo.

"Te conozco muy bien Shisui" "A mi no me engañas" pensó para sus adentros, antes de dar un sorbido a su taza y adherirse a la conversación que mantenían ambos primos.

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Bien, traje un poco de la Maratón. Se que las escenas son cortas, pero quería que apreciaran los sucesos de cada momento. Subiré mañana otra parte, ¡Espero que les haya gustado!