Cap. 1 - Tiempo para recordar.

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Desde un frío, y lastimero cuarto, Yena observaba el patio a través de la ventada, desde allí podia divisar a la gran mayoria de los niños y niñas que confinaban el orfanato.

Un niño rubio de casi nueve años entró en la habitación con una bandeja en mano. En ella, una barra de chocolate y tres paquetes de galletas oreo.

Se sentó junto a la chica de veinte. Puso la bandeja frente a ellos y miro a la joven durante unos minutos en silencio. Él cogió la barra de chocolate, desenvolviendola y dándole un mordisco, luego cogió un paquete y se lo ofreció a su hermana mayor, la cual seguia observando el patio como si fuera lo más interesante del mundo.

- Hablame... - susurro el pequeño.

Su hermana dirigió su mirada a Mello, cogió lentamente el paquete de galletas que este le ofrecía y sacó una.

- Hace cinco años que no hablas... por favor... hablame... - insistió.

Yena abrió la galleta lentamente, lamió la crema de ambas partes y después volvió a cerrar la galleta, dándole un mordisco partiendo a la mitad a esta. Masticaba lentamente mientras su hermano lo miraba con los ojos llorosos.

- Ha pasado demasiado tiempo... por favor... por favor Yailey... eres mi hermana no... no puedes hacerme esto...

Yena, asombrada y extrañada por que dijera su verdadero nombre, giró su cabeza mirándo a su pequeño hermano, que ahora estaba con la cabeza gacha y sus pequeñas manos tapándose la cara. Con una mano acarició el rubio y largo cabello de su hermano, haciendo que este la mire atento. Esta, al ver los ojos inyectados en sangre de Mello y las lágrimas surcando sus suaves mejillas no pudo contener las suyas.

Una lágrima salió y surcó la mejilla de Yena hasta caer de su mandíbula a la segunda galleta. Sin decir ni una palabra, acercó el cuerpo de su hermano al suyo y le dió un abrazo, apoyando su mandíbula sobre la cabeza de Mello. Él, claramente sorprendido, lentamente fue hacercando su brazos, rodeando la cintura de su hermana.

Se mantuvieron allí durante lo que parecieron horas, aunque cuando se separaron, Mello seguía con ganas de abrazar a su única familia. La hechaba en falta.

Yena limpió una lágrima de la mejilla de Mello y le regaló una pequeña sonrisa, aunque llena de amor. Este le sonrió enseñando todos sus dientes y suavemente le dijo.

- Te quiero Yailey...

Ella cogió la tableta de chocolate, y escribió en ella, un simple aunque bello, "Yo más". Luego volvió a atraer a su hermano en un cálido abrazo. Ella también lo hechaba en falta a él. Su pequeño y preciado tesoro. Su hermanito pequeño. Su Mihael.

La puerda volvió a abrirse dejando ver una pequeña cabeza de cabellos castaño con leves reflejos pelirrojos. El pequeño miró a ambos hermanos para después dirigir su mirada a Mello.

- Oye... Mello... ¿Te vienes a jugar?

Mello miró a su hermana, cuya mirada iba dirigida al pequeño Matt, un poco intimidado por la fría mirada de la joven, luego lo miró a él, cerró sus ojos pesadamente mientras soltaba un leve suspiro y giraba su cabeza otra vez en dirección a la ventana.

- Ya voy Matt.

Mello volvió a ver a Yena, la cual ya estaba devorando su segunda galleta, se acercó a ela, le dió un rápido beso en la mejilla y se fue de la habitación siguiendo a Matt para irse a jugar por algún lugar del orfanato.

De mientras, Yena, se comía ya su tercera galleta, cerró los ojos dejándose llevar otra vez por la misma pesadilla de todos los días.

Humo. Fuego. Gritos. Llantos. Muchos llantos, por parte de ella y su pequeño Mello. Él solo tenía casi cuatro años cuando todo ocurrió, cuando la desgracias cayó sobre la familia Keehl, cuando sus padres murieron y fueron llevados al Wammy's House. Su larga travesía desde Eslovenia hasta Inglaterra.

Lonely (L Lawliet Fanfic). PAUSADA TEMPORALMENTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora