capítulo: 17

72 8 1
                                    

en la ciudad de Yokohama

qué extraño, Fyodor no me ha mandado un mensaje acerca de lo que tengo que hacer–pensaba Atsushi, mirando su teléfono escondido en un callejón

hace una semana, que ataque los almacenes de armas, de la port mafia y desde entonces, no he vuelto a atacar y he, estado con un perfil bajo–pensaba guardando su teléfono, y saliendo del callejón

caminaba por las calles, evitando mirar a la gente, hasta que chocó por accidente con una mujer, la cuál, cargaba unas cajas

disculpe, no vi por dónde iba, –se disculpó ayudándola a ponerse de pie

descuida yo, –se calló al verlo

Tomé, –le entregó las cajas más pequeñas, para luego irse caminando

la mujer lo veía irse, para luego sacar su teléfono, marcando a un número

Contesta, contesta–pensaba buscando con la mirada al albino–Dazai, él ha vuelto, me lo encontré

del otro lado de la línea, se escuchó una respiración entre cortada

se lo notificaré a los demás, –respondió la otra persona antes de colgar

en la noche

ya estoy aquí, –susurró Atsushi–aún no llegan

ten paciencia y cuídate, recuerda que los de la agencia, podrían enterarse de que estás ahí, y te podrían atrapar–respondió Fyodor del otro lado de la llamada

no creo que ellos puedan lograrlo, –dijo mirando por una de las ventanas del almacén donde estaba

Cómo sea, ten cuidado, llámame cuando consigas los papeles–dijo antes de colgar

Ya ni un adiós, o hasta pronto–pensó guardando su teléfono

horas después

deben registrar este almacén, es el último, –dijo una mujer de cabello rubio

varios hombres, con armas en mano, entraron al almacén, los hombres verificaban el lugar, hasta que escucharon ruidos

era como algo siendo rasgado. Miraron y vieron que eran marcas de garras

Está aquí, –susurró uno de ellos

sintieron algo moverse detrás de ellos, pero al voltear no vieron nada

está jugando con nosotros, –dijo uno de ellos–: mantengan la calma, solo quiere asustarnos

escucharon gruñidos, detrás de ellos, pero al mirar tampoco vieron nada

Higuchi-sama–llamó, uno de los hombres a la mujer

ya he notificado que él, está aquí, –dijo la mujer guardando su teléfono

¿Qué de–uno de los hombres, no termino de hablar

ya que el gran tigre blanco, apareció detrás de él, mordiéndole el brazo derecho hasta arrancárselo

el hombre cayó al suelo, gritando de dolor, mientras los otros hombres empezaron a dispararle al tigre

el tigre se comió el brazo del hombre, para luego lanzarse sobre otro de los hombres, atacándolo con sus garras

los otros hombres le disparaban, pero las balas no hacían efecto en él, ya que se regeneraba al instante, y algunas ni siquiera lograban perforar su pelaje

el tigre fue acabando uno, por uno, con sus afiladas garras, o con sus colmillos, arrancándoles una extremidad, hasta no dejar a ningún hombre vivo

solo dejando a la mujer, que apuntaba con su arma al tigre, que se iba acercando poco a poco a ella

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿a quién amarás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora