Cuidado con lo que sale de tu mente.

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Eran mas o menos las tres de la tarde, yo estaba en mi casa como un día normal de verano, en ese tiempo yo tenia mucho la costumbre de ponerme a dibujar demonios y ese tipo de cosas , como una especie de dibujante satánico o de ese tipo, en ese momento parecía estar bastante inspirado seria por coraje o frustración, o tal vez cansancio; de pronto las ideas se cerraron y parecía que no podía sostener ni la vista(cosa rara porque no acostumbro dormir por la tarde), al nivel de que mi propia mente divagaba sin sentido, en ese momento estaba terminando un demonio; por lo menos a mi me parecía una especie de duende con las fases de la cara rojas y sombrías al verlo pensé que era algo único y decidí pegarlo en el refrigerador cuando lo terminara, tal vez asustaría a alguien en plan de broma, cuando de pronto comencé a sentir un escalofrío recorrerme toda la espalda y un extraño suspiro en mi oreja, frío como el que mas halla sentido antes.

En eso oí un tintineo de campanas, en ese momento pensé seria algún familiar, puesto que vendemos ese tipo de material por cuestión de negocios familiares, pero de pronto el tintineo se hizo cada vez mas cortante, un sonido tan extraño que no parecía mas un tintineo sino una voz que decía palabras extrañas que no entendía seguidas de un suspiro ronco y si voz, pero a la vez tan profundo que resonaba en toda la habitación.

De pronto comenzó a escucharse mas cerca, mas cerca, mas cerca.... llego un momento en el que la voz se hacia mas clara, pero cada vez mas ronca y las palabras que emitía tenían cada vez mas sentido, de pronto como en el primer momento en el que comenzaron los ruidos, terminaron, me sentí tranquilo.

Pero en el momento en el que me disponía a sentarme sentí una respiración en mi oído, por atrás, que de petrificado al momento que sentía me voltee para ver aquello que estaba detrás, en eso lo ví, era exactamente igual al duende de mi dibujo, pero aun a el de mi dibujo este era mas sombrío, y con un matiz de rojo que jamás olvidare, en ese momento dijo con una voz chirriante, rasposa y muy grave, ¡¡¡ DAME LO MIO!!!

En es momento desperté asustado con la idea de cuando me había quedado dormido, en ese momento vi el dibujo casi sin terminar y decidí romper la hoja, desde entonces ya no dibujo ni demonios ni cosas extrañas, no por miedo sino por precaución.

Relatos ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora