Secrets (one direction, the wanted y demás famosos)

Harry

Londres...una ciudad preciosa tanto de día como de noche. Me giro y veo a mi tontito durmiendo plácidamente, de sus labios salen palabras sin sentido...me siento a su lado y le acaricio su pelo rubio, no puedo dormir. Niall se despierta y me mira con sus ojos legañosos.

Niall: ¿Iris?

Le mando callar e intento hacer que se duerma de nuevo, después de quince minutos lo consigo. Veo el amanecer, veo como los rayos del sol se filtran por la ventana inundando la habitación de luz. Me siento en la cama de mi hermano y me pongo a pensar. Me tumbo al lado de mi hermano y en cuanto me acerco un poco más sus brazos me rodean.

Niall: duerme un rato, por favor.

Yo: tontito dentro de unas horas me tengo que ir a trabajar.

Niall: no, te quedas conmigo.

Me abraza más fuerte. Le beso la nariz y él a cambio me regala una sonrisa. Mis párpados empezaron a cerrarse lentamentente, estoy demasiado cansada.

Me despierto con un sonido, Niall sigue abrazado a mi. Me deshago de su abrazo y miro mi móvil. Un número desconocido, descuelgo y oigo la voz dulce de Nathan en el otro lado. Parece que se queda sin aire y su tono de voz muestra una ligera sensación de preocupación.

Nathan: mi niña dime que estas bien, por favor.

Yo: estoy bien, tranquilo. Estaba durmiendo.

Nathan: te estaba esperando aquí y veía que no llegabas y me he empezado a poner muy nervioso.

Mierda me he quedado dormida y llego muy tarde. Miré mi reloj: nueve y diez.

Yo: en veinte minutos estoy ahí. Lo siento.

Colgué y me levanté, diez minutos después estaba lista. Me acerqué a Niall que seguía durmiendo, por una vez en la vida necesitaba que me llevara al estudio.

Yo: Niall, despierta.

Mi hermano tardó cinco minutos en despertarse y otros cinco en vestirse. Salimos los dos de nuestra casa y en dos minutos estábamos en el estudio. Mi hermano me abrazó y me besó la coronilla.

Niall: después te vengo a buscar con los chicos.

Me despedí y subí corriendo las escaleras. Enfrente de la puerta de mi estudio estaba Nathan vestido de negro, como si fuera un chico malo. En cuanto me vio se acerco a mi.

Nathan: buenos días, mi niña.

Le sonreí tímidamente, me acarició la mejilla y se acercó a mi. Besó mi mejilla tiernamente. Me abracé a él, acarició mi pelo pelirrojo mientras que yo pasaba mi mano por su camiseta. Dos minutos más tarde nos separamos y abrí la puerta.

Por suerte el día anterior había dejado todo colocado y preparado para la sesión de hoy. Intenté apartar el sofá, unos brazo fuertes me abrazaron por detrás. Giré ligeramente mi cara, nuestros ojos coincidían, su nariz acariciaba mi mejilla y podía notar como se alargaba la comisura de sus labios sobre mi mejilla.

Nathan: ¿quieres que te ayude?

Yo: me harías un gran favor Nathan.

Nathan: quiero una cosa antes.

Me giró completamente, nuestras frentes chocan, le acaricio la mejilla mientras que él me coge de la barbilla delicadamente, como si estuviera hecha de porcelana y me besa. Cada vez que lo hace me gusta más y con más intensidad. Cruzo las manos tras su cuello mientras que él me atrae más hacia él. Me separo de sus labios aunque sé que dentro de mi no se ha apagado la llama de la lujuria.