Me gusta hablar contigo. A veces me caes bien, otras no puedo ni verte: te odio. Te veo del otro lado del espejo, me gustas, no me gustas; depende el día. Hay ocasiones en las que me escucho, otras sólo te escucho a ti.
Sigo hablando contigo, sigo escarbando para ver si de alguna forma así encuentro qué nos pasa. No estoy loca, pienso que hablar sola tiene su encanto, casi terapéutico. Si necesito terapia, ¿estoy loca?
Nunca sé qué necesito, ni qué quiero. ¿Cómo voy a saber qué quiero si no me reconozco? Decido el futuro de una persona que no sabe quién es, decido por mí.
Creo que ese es el problema, ponemos la felicidad en algo o en alguien. Te anclas a eso como si fuera tu salvavidas, es lo que te saca a flote de un mar de emociones que ya no sabes cómo controlar. Las relaciones, los sueños; son los audífonos que te pones para ya no escucharte gritar por dentro.
Tus relaciones, con tus padres, las personas que te gustan, tus amistades, tus sueños. Anclas, anclas, anclas, ¿o salvavidas? ¿Cómo puede algo ser tu ancla y tu salvavidas? Para no ahogarte ¿o sí? Así es mi lógica con lo que soy, con mi vida. Extremos, o muy bien o muy mal. O perfecto o no lo hago. O trasciendo o no lo intento. Todo termina hundiéndome si no lo vuelvo mis alas. ¿Tú cómo lo haces?
Claro que sonrío, todo el tiempo. Claro que río, por supuesto que disfruto. Tengo esos dos minutos de felicidad pura, es como droga. Como un orgasmo. Corto. Cortante, éxtasis. Tan poco tiempo y tan intenso que parece mentira.
Y lo es. Siempre lo es. Siempre es así porque algo llega a demostrarte que lo que creías hermoso nunca lo fue. O algo lo suficientemente malo que apague eso que iluminó tu rostro unos segundos.
Ni eso te da la vida; ni el alivio de tener algo por lo cual vale la pena llorar y no sentirte débil por eso. Porque así me siento cuando me quiebro: Débil. ¿Cómo eres tan fuerte?
Cuando te sientes con derecho de sentirte derrumbada, me veo. Y pienso lo ridículo que es que te sientas así. No es nada. Estás bien.
Y entonces sonrío, sonrío porque no tengo nada que justifique lo rota que me siento por dentro. Sonrío porque ni tú ni yo sabemos qué nos deprime de tal forma. Sonrío porque no hay nada para llorar.
Estamos bien.
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Pensamientos congelados. {Tumblr Quotes}
De Todo'No éramos más que simples recuerdos que intentaban convertirse en memorias.'