Capítulo 9

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Capítulo 9

En alguna parte de Little Garden, una colosal bestia serpentina se camuflaba con la textura de la tierra seca. Moviéndose con agilidad, dejaba un rastro rojizo que se extendía tras su paso. Sus ojos eran indescifrables, ocultos entre la bruma de su propio poder, pero su aura desprendía un hedor a miedo. No era un depredador en busca de presas, sino una criatura que escapaba de algo o de alguien.

El suelo tembló con cada ondulación de su cuerpo, una presencia ineludible que traía consigo el eco de antiguas calamidades. Su silueta se deslizaba entre las grietas del terreno, absorbiendo la poca humedad que quedaba en el ambiente, marchitando las raíces de los árboles marchitos y endureciendo la arena bajo su peso.

Desde la cima de una duna, una figura observaba la escena con los brazos cruzados. Su cabello blanco ondeaba por la fuerza del viento, y sus ojos rojos reflejaba una seriedad calculadora. Sengo Muramasa, con apenas quince años, se encontraba en una misión junto a algunos de sus hermanos: eliminar al Dios Dragón Vritra.

Por la única razón de mostrar a su padre que puede viajar tranquilamente en Little Garden.

Como fue el caso de los cuatro hermanos mayores que murieron años atrás.

A su lado, Oda Nobunaga chasqueó la lengua con visible molestia. "Esa serpiente es más escurridiza de lo que esperaba."

Sasaki Kojirou, con su habitual calma, siguió con la mirada el rastro que dejaba la criatura. "No podrá huir por mucho tiempo. Su trayectoria lo dirige directamente hacia Raiden."

Sengo entrecerró los ojos, enfocándose en la distancia. Allí, su hermano mayor, Raiden Tameemon, aguardaba con una sonrisa salvaje, adoptando una postura de sumo mientras esperaba la llegada del dragón serpiente.

Raiden Tameemon se plantó firmemente en la arena, sus pies deslizándose apenas un poco cuando el suelo tembló con la aproximación de Vritra. Su sonrisa salvaje se ensanchó al ver el inmenso cuerpo serpentino abrirse paso entre las dunas, levantando una tormenta de polvo a su alrededor.

"¡Vamos, monstruo!" rugió con entusiasmo, golpeando sus puños contra sus palmas antes de flexionar las piernas en una postura de sumo. Sus músculos se tensaron como una cuerda lista para soltarse, y en el momento exacto en que Vritra lanzó su enorme cabeza hacia él con una velocidad letal, Raiden giró su torso y hundió los talones en la arena.

Con un estruendo ensordecedor, atrapó el ataque del dragón con ambas manos. La colosal fuerza del impacto lo empujó varios metros hacia atrás, dejando surcos profundos en la arena, pero su risa no hizo más que aumentar.

"¡Sí! ¡Esto es lo que esperaba!" exclamó con una mirada encendida por la adrenalina.

Vritra siseó con furia, sus ojos dorados brillando como brasas mientras su cuerpo se replegaba para otro ataque. Raiden no perdió tiempo y, usando toda su fuerza, arrojó la cabeza de la criatura hacia un costado, desestabilizándola por un instante. Aprovechando la apertura, flexionó las piernas y saltó con una potencia descomunal, alzando su puño como si intentara partir el cielo en dos.

Sin embargo, justo antes de que pudiera descargar su golpe, una serie de explosiones resonaron en el aire.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

Los proyectiles de chispa se clavaron en las escamas de Vritra, arrancando pequeñas explosiones de fuego y humo. La bestia rugió de dolor, retorciéndose y desviando su atención de Raiden.

El rostro del luchador se crispó en una mueca de disgusto. Chasqueó la lengua y, sin siquiera mirar hacia atrás, gritó:

"¡Nobunaga, deja de meterte en mi pelea!"

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⏰ Última actualización: Jan 31 ⏰

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「Señor Demonio」Rey Oni SengoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora