-¡No puedo calmarme, no me pidas que me calme!- dijo alterado el más alto, presionando sus puños cerrados contra sus piernas.
Un exaltado JeongIn y un ansioso ChangBin se dirigían hacia Seúl con prisa, en un auto donde se podía sentir la tensión, el nerviosismo, el miedo, todo al mismo tiempo en un solo lugar.
El peli-morado suspiró, con el ceño fruncido y la vista hacia delante, apretando el volante hasta que sus venas fueron lo más visible en su brazo. JeongIn, por su lado, se tapó la cara, conteniendo sus gritos, su estrés y esas malvadas lágrimas de desesperación que amenazaban con salir de sus ojos.
Nada estaba bien.
-Jeong, cariño, por favor...-su voz sonaba suave, con JeongIn su voz siempre era suave, aunque no lo intente.-Solo respira, ¿Si? Nada malo va a pasar.
-¿Cómo puedes estar seguro de eso? ¡No conoces a mi madre!-comenzó a tirarse su precioso cabello negro, estaba haciendo lo posible por no colapsar.
Tenía miedo, miedo por lo que vaya a decirle su madre, el sabía que ella era capaz de todo con tal de que ella no saliera afectada en ninguna forma. Con tal de no verlo feliz nunca. Porque así era ella, porque con JeongIn era así. Aunque no lo dijera abiertamente, el podía sentirlo, su madre lo odiaba.
¿Cómo es posible odiar algo que antes atesorabas?, ¿Cómo es posible odiar a algo que tú mismo creaste, que criaste?, ¿Cómo es posible odiar a una persona que solo trata ser feliz aunque sea una sola vez?
Pensamientos iban y venían, hablaban, murmuraban, gritaban, los sentía hablar cada vez más fuerte en su oído. Se sentía agobiado, ¿Qué quería esa mujer de el? ¡¿Que carajo quería lograr con todo est-Oh...
Una suave mano se colocó en la suya cuando dejó de tomar sus cabellos, entrelazando sus dedos. Una electricidad recorrió todo su brazo hasta su corazón, dónde acoholchonó su desesperado corazón, tranquilizandolo.
Solo levantó la vista sorprendido por el tacto repentino, encontrando a ChangBin con la vista en frente, aún sosteniendo su mano, con una sonrisa tranquila en la comisura de sus labios. Lo único que pudo hacer fue suspirar, cerrar los ojos un momento y volverse a recostar sobre el asiento con una pequeña sonrisa está vez.
Eso causaba Seo ChangBin en el.
-No lo pienses mucho, céntrate en cosas buenas...- Murmuró el musculoso, acariciando el torso de su mano con su pulgar, aún con esa sonrisa.
Asintió, y una vez más, suspiró. Apoyo su barbilla en su mano libre, mientras contemplaba la vista de la carretera. Incluso a esa hora había gente transitando, autos, camionetas, y motos pasaban a su lado, no tan apresurados al parecer.
Quizás ellos también debían volver a Seúl porque sus madres descubrieron su relación-no relación-secreta. Río por ese pensamiento, ya no estaba tan estresado como antes por lo menos. Aunque no podía mentir, seguía sintiendo miedo e intriga, se le revolvía el estómago cada vez que pensaba lo que podría decir o hacer su madre.
Finalmente, a las 7: 30 AM llegaron a Seúl, dos horas y media en el auto, conduciendo con un JeongIn que tendía a estresarse continuamente y un ChangBin que en menos de 15 minutos ya lo había calmado. ¿Qué podían decir?, se tenían el uno al otro, eran la pieza que necesitaba cada uno. Si JeongIn rompía algo, ChangBin lo arreglaba, si ChangBin estaba feliz, JeongIn estaba feliz. Así debería ser siempre.
JeongIn casi se vuelve loco cuando vió a su madre parada en la entrada de la casa, junto a SoYeon, quien sonreía orgullosa de si misma. Ni siquiera se despidió correctamente de ChangBin, directamente le gritó que se fuera apenas se bajara, que le avisaría si pasaba algo.
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^Traumas^ {JeongBin}
Romance-T-tengo miedo, Hyung. -Lo se, JeongIn, pero déjame intentar ayudarte,porfavor... °[En dónde Yang JeongIn, un chico de preparatoria, tiene algunos traumas y decide ir al psicólogo, dónde trabaja Seo ChangBin, el que juro nunca enamorarse de alguien...
