•°Capitulo XVI°•

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Los dos estaban sentados comiendo, uno comiendo tranquilamente, mientras el otro comía lo más lento posible.

–Innie, comé más, porfavor.–dijo Seo preocupado al ver cómo JeongIn decía no tener más hambre y dejar todo en el plato.

–De verdad, estoy lleno.–afirmó.–Gracias por la comida, Binnie.–agradeció con una sonrisa, demasiado tierna para Seo.

–¿Te puedo sacar una foto?–soltó de la nada, haciendo que el menor se sorprendiera.–Es que eres demasiado tierno, porfavor.–JeongIn pareció pensar lo con un leve sonrojo.–Solo una, y no te pediré nada más.

–Nunca me pides nada...–el otro se alzó de hombros, dándole la razón.–No se, Binnie, nunca salgo bien en las fotos.–ChangBin frunció el seño, en desacuerdo, aunque no haya visto nunca una foto donde estuviera JeongIn, estaba seguro de que saldría hermoso.

–No la subiré a ninguna red social, lo prometo.–hizo un puchero demasiado exagerado.–Esta bien si no quieres, perd-

–Bien, pero solo una.–Interrumpió, el otro lo miraba sorprendido, pero feliz.

Rápidamente saco su celular y abrió la aplicación de cámara. JeongIn no sabía que hacer, ya que el único que le tomaba fotos era Chan y siempre salía con la misma pose, tapándose la boca y la nariz. Cómo no sabía que hacer, hizo la pose de siempre, haciendo que Seo lo miré extrañado.

–Innie, porfavor, sonrie para mí y no te tapes la boca, es de las partes más bonitas de tu cara, para no decir todas.– JeongIn se sonrojo, he hizo caso a la petición del mayor, sonriendo lo mejor posible, aún con el sonrojo, que hizo que la foto fuera aún más tierna.–Lindo...–pensó en voz alta mientras veía la foto.

¿Por qué me haces esto Yang JeongIn? Eres tan lindo y yo soy tan ChangBin, un ChangBin al que traes loco...

Decidió poner la foto en favoritos, siendo sinceros era la única foto en esa sección de la galería.

Seo se apresuro en terminar de comer, mientras observaba intrigado a JeongIn hablar por teléfono. Una vez terminó de comer, sugirió ir a la parte donde estaban las maquinitas o ir a ver una película, al cabo de unos minutos finalmente decidieron ir a jugar y luego a ver una película.

En el camino hacia los juegos, a JeongIn le dieron ganas de ir al baño, por lo tanto se dirigieron a uno. Apenas unos segundos después, el menor se estaba lavando las manos en frente del espejo. En algún momento su vista paró en Seo, quien estaba en el teléfono, pero eso no era lo importante, si no lo apuesto que era el mayor y los buen músculos que tenía. ChangBin al sentir que lo miraban levantó la vista, encontrando a JeongIn viéndolo desde el reflejo del espejo.

Se miraron a los ojos, sintiendo mil cosas por segundo, como su corazón latía tan fuerte, que hasta JeongIn pensaba que ChangBin lo podía escuchar, o como los nervios se borraban en un instante. JeongIn se dio la vuelta y camino hacia Seo, para entrelazar sus brazos al rededor de los hombros del más bajo, mientras el otro volvía a agarrar su cintura.

Sus caras estaban tan cerca, sus respiraciones chocaban entre si, entre ellos miraban los labios del otro, poco a poco cerraron los ojos mientras se acercaban aún más, casi sintiendo el labio del otro.

Pero uno de los cubículos se abrió.

–!Oh, JeongIn, que sorpresa¡– los dos se tuvieron que separar ante la presencia del pelinegro.–No sabía que estaban aquí.–JeongIn rodó los ojos.

–¿Para esto me preguntaste donde íbamos, Hyunjin?–soltó cansado y un poco enojado.

–Te juro que es pura coincidencia, hay treinta mil centros comerciales en el país.–se defendió, pero luego miró al más bajo, que tenía una mezcla de enojo, extrañes y tenía el seño fruncido.–Hola, ChangBin Hyung.–saludó alegremente.

^Traumas^         {JeongBin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora