The blood and us

Capítulo 11 Feelings?

Jeff despertó después de sentir que el suelo desaparecía y el estómago le daba un vuelco, tardó un par de segundos en ubicarse y aun así lo único que pudo saber con seguridad era que Slenderman lo cargaba, sin pensárselo recargo su cabeza en el pecho de este y se quedó ahí, solo esperando a que algo pasará. Su espalda se estremecía de vez en cuando por el aire frío y se encontró a si mismo acurrucándose en el pecho del ente que lo volteo a ver, aun le perturbaba el hecho de que no tuviera facciones, sin embargo tenía la sensación de que lo podía ver, como si los ojos estuvieran ahí pero eran invisibles para él.

El joven asesino tardo un poco en reconocer la cabaña-estaba bastante sorprendido de que el ente pudiera entrar en ella-el ligero apretón en sus caderas le hizo voltear hacia dicho sujeto.

-Es porque controlo mi tamaño - le informo el ente con una voz bastante tranquila mientras seguía caminando, sus pasos resonando por el pasillo, algunas maderas incluso crujían debajo de su peso.

- No es necesario que me cargues - y solo con esa frase sintió que recuperaba un poco de su orgullo, aunque le costaba admitirse a sí mismo que no quería que lo soltara.

- Me gusta esto. No te soltare.

Jeff se encogió de hombros y espero a que Slenderman lo llevara a dónde sea. Su cuerpo estaba cansado y se sentía lleno, bajo su cabeza hasta su estómago, unos centímetros más abajo el lugar se veía hinchado y cuando lo tocó dolía un poco, Jeff dejó escapar un suspiro y presiono más aquella curvatura imaginándose de qué sería.

Llegaron a la misma habitación, con el colchón desgastado y el olor a acre calándole en la nariz.

- Al menos es mejor que el sótano.

Jeffrey se dejó recostar en el colchón, dejando que sus músculos se quedarán laxos y dio un suspiro. Esto definitivamente mejoraba el dolor. Giro su cabeza hacia un lado, en donde Slenderman estaba parado teniendo una estatura normal, aunque seguía siendo más alto que él.

- Tu falta de habla me agrada- habló sarcástico el pelinegro.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Quiero respuestas. - Jeff tomó una gran bocanada de aire, tratando de ordenar las preguntas en su cabeza.

- Soy un experimento creado por el ejército nazi. - la voz de Slenderman estaba cargada de odio que la hizo más ronca de lo que ya era. Jeff se estremeció por eso.

- En realidad eso no me importa. Lo que te quería preguntar era por qué hacemos esto. - soltó sin ninguna vergüenza, girando todo su cuerpo para darle cara al ente.

- ¿Hacemos?

Incluso las voces en la mente de Slenderman pararon de chillar, todo estaba en un silencio extraño. Jeff se sintió incomodo por un momento.

- Ya sabes, el que metas tú...en...- se detuvo. Frunció el ceño y miro al ente con frustración. - Tener relaciones...

Acabó murmurando la última frase, se sentía como una quinceañera tonta y sentimental.
El ente no contesto. Jeff bajo la cabeza, tal vez no se había dado a entender. Sus pensamientos girando en torno a todo lo que habían hecho.

- Pensé que lo tomabas como una violación. - Slenderman se fue acercando al joven asesino quedando justo delante de él, observando cada centímetro de piel, en algunas parte cubierta de manchas rojizas que en unos minutos de volverían de una tonalidad morada.

Jeff ladeo la cabeza y después de un rato negó, sus cabellos negros moviéndose según sus movimientos.

- La primera vez podría ser...pero, me gusto. Soy un asesino, me gusta lo rudo - se encogió de hombros, haciendo que sus clavículas se marcasen.